Esto es lo que hay

Messi gana los partidos sin marcar

Leo Messi y Heiko Westermann en acción durante el Betis - FC Barcelona de la Liga 2015/16

Leo Messi y Heiko Westermann en acción durante el Betis - FC Barcelona de la Liga 2015/16 / sport

Joan Mª Batlle

No fue la victoria más brillante, pero sí la más importante... hasta la del domingo contra el Espanyol y, si no hay una doble sorpresa de por medio, la de la última jornada en el campo del Granada. Ahora mismo, lo único seguro es que la Liga está más cerca, a solo dos victorias, y que esta realidad ha de dar alas al Barça y acaso también le condicione su forma de jugar, pues en este escenario no hay lugar para el gambeteo ni jugadas de cara a la galería. Hay que ir a lo seguro, tener el control del juego y del balón, no encajar goles y decidir gracias a la calidad de los cracks. Y en cuanto el marcador ya sea favorable, asegurar todavía más todas las acciones del juego. Como decía Cruyff, el fútbol es un juego de fallos, así que lo que hay que hacer es no fallar. Desde este punto de vista hay que analizar el partido de ayer en el campo del Betis, un encuentro con una estrategia clara que ni la expulsión de Westermann hizo cambiar. Luis Enrique dio la orden de no arriesgar, de no caer en precipitaciones y así fue del minuto uno al noventa. Se ganó por mayor calidad y por el camino de la maduración del rival, que probablemente hubiera claudicado igualmente con once jugadores. Faltó chispa y brillantez, pero dadas las circunstancias del campeonato, se lo perdonamos.

El líder. Lo que sí volvió a quedar meridianamente claro es que Messi es más de medio equipo. En aras a ese mayor control del juego que se buscaba, jugó más retrasado perdiéndose su desequilibrio en ataque. Pero desde ahí, lejos de la zona crítica en la que se resuelven los partidos, Leo también fue decisivo. Todos los pases con sentido de la profundidad, todos los centros que llevaban la palabra gol escrita en el balón salieron de sus pies. Por supuesto, los dos goles, inteligente el primero entre un defensa y Adán, que no se entendieron y regalaron el tanto a Rakitic. Una vez más, el fútbol castigó a los bocazas... Y genial el pase del segundo, al espacio abierto para que Suárez, que había hecho un desmarque descomunal, cerrara el partido. Messi es el líder del líder, hasta el punto de que no le hace falta marcar para ganar los partidos.