Luis Enrique contra Luis Enrique

Que el Barça ha cambiado como de la noche al día desde la derrota en Anoeta y la consiguiente movida en el club y en el vestuario es algo que no se puede negar. Y sin embargo, Luis Enrique lo niega. Ayer afirmó que no tiene la sensación de haber vivido ninguna situación límite, que lo de Anoeta forma parte del fútbol y que de aquí al final de temporada volverá a ocurrir... ¡No fastidies, Luis Enrique! Si vuelve a ocurrir, Zubizarreta ya no estará para que lo vuelvan a echar, Bartomeu no podrá echarse atrás para volver a anunciar unas elecciones que ya estaban anunciadas y a Messi sería más difícil de convencerle para repactar lo que ya está pactado. Afortunadamente, nada de esto sucederá porque ni el entrenador ni el equipo ni la situación tienen nada que ver con el Barça de la noche de Reyes. Es, simplemente, la forma de ser de Luis Enrique, su forma de hablar en público, de expresar sus sensaciones...

En mi opinión, Luis Enrique lucha contra Luis Enrique, vive una especie de conflicto interno entre su idea del fútbol y la forma de aplicarla en el Barça. Para nadie es un secreto que el técnico es un hombre muy convencido de sus ideas y propuestas, obsesivo con la disciplina y en tenerlo todo bajo control, pero tampoco es un secreto que el Barça, este Barça con Messi al frente, no puede llevarse bajo ‘manu militari’, que precisa flexibilidad y si es necesario, consenso, sin que ello signifique pérdida de autoridad por parte del entrenador si no, al contrario, aumento de jerarquía y del grado de respeto por parte de un grupo con más estrellas que en el cielo.

Ya sé que todo esto es muy difícil de asimilar, que parece contradictorio, pero es la única forma de sacar al Barça adelante. Luis Enrique lo ha entendido y lo está consiguiendo. Creo que ha logrado un alto grado de adaptación, especialmente en la gestión de su trabajo, pues en lo táctico y deportivo, ahora que ha conjuntado un equipo tipo y le ha inculcado la debida evolución en el juego, su acierto está fuera de duda. En lo otro, insisto, no lo tendrá fácil. La contradicción entre el Luis Enrique natural y el adaptado siempre aparecerá. De ahí que le sea difícil reconocer públicamente su cambio, aunque sea positivo, como es el caso. Pero no importa, lo importante es el cambio.