Los fichajes y el sistema

la idea y el riesgo. Luis Enrique va mostrando sus cartas en el stage de Birmingham, donde ensaya sobre el terreno todo aquello que barrunta para hacer otro Barça ganador. Que este año veremos un nuevo Barça es indiscutible. Por la personalidad del entrenador, por los nuevos fichajes, por los jugadores importantes que se han ido, por los que ya no tendrán tanto protagonismo, es imposible que todo siga igual. El sistema depende de los jugadores y como habrá nuevos jugadores, habrá nuevo sistema. No quisiera, con ello, que nadie se alarme. El sistema no es lo mismo que el estilo. Se puede jugar bonito, con talante ofensivo y vocación de equipo campeón con un 4-3-3, un 4-4-2 o un 3-5-2. Lo importante es ajustar el sistema a los jugadores sin renunciar al estilo, a la idea si lo prefieren, que introdujo Cruyff, mejoró Guardiola y se ha intentado evolucionar después de Pep. 

Creo, sinceramente, que Luis Enrique va en esta línea. A él le ha tocado dirigir el cambio de ciclo y él ha de saber cómo adaptar sus ideas a la pizarra y, lo más importante, al terreno de juego. Del acierto en los fichajes dependerá su éxito y el del equipo. Si ha insistido tanto en Mathieu será porque tiene muy clara su función, por ejemplo en esa variante de una defensa de tres en la que hay que conjugar colocación, velocidad y juego aéreo. Si no renuncia a Marquinhos y a Cuadrado será porque ya les tiene misión y ubicación claras. Si cambió a Cesc por Rakitic, lo mismo y sobre todo, si hizo gastar más de 80 millones en Suárez es porque piensa en un Messi más asistente y necesita al mejor goleador para no perder capacidad de remate. Es cierto que algunos fichajes son, cuanto menos, sorprendentes, pero seguramente son los adecuados a la idea de Luis Enrique, que es el punto de riesgo en el que habrá que hacer acto de fe para creer en un Barça mejor.