Los conflictos de la capital

Líos blancos. Será verdad que los títulos y el buen rodar del balón mitigan todos los sufrimientos y maquillan todas las tensiones que se puedan dar en un club de fútbol. El cambio de ciclo del Barça le ha puesto en el ojo del huracán en cuanto a los fichajes y los problemas externos que surgen, caso Neymar especialmente. Todo se cuestiona y todo se critica. Ter Stegen, Bravo, Mathieu, el central que no viene, el Messi subcampeón del mundo, las imputaciones reales y las que todavía no lo son... un verano conflictivo, en definitiva. Por contra, en el Madrid todo parece ir como la seda. Y tampoco es eso.

Miren, allí el baile de los porteros se observa como un detalle menor, incluso divertido. No importa que tengan que regalar dos años de contrato al portero titular del año pasado para que se vaya y ponerse en manos del Casillas menos fiable de todos los tiempos por un capricho del presidente, como dicen con la boca pequeña en la capital, que se ha empeñado en traer a Keylor Navas. 

Tampoco pasa nada por vender a Di María, el segundo mejor del equipo la pasada temporada. Los palmeros aplauden entusiasmados, ya tienen a James. ¿Se imaginan que el Barça estuviera echando de mala manera a Iniesta, por ejemplo? Pues eso...

Y ya no son solo los problemas del equipo, que pese a que la Décima les ciegue los tienen y no son menores, también les ha salido un grano judicial con el stop a la ampliación del Bernabéu. Un grupo ecologista ha rescatado el procedimiento que la Comisión Europea tiene incoado al Madrid por posibles ayudas estatales y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid les ha parado el negocio. Solo espero que si Bruselas ve cosas raras, investiguen el asunto con el mismo empeño que el fichaje de Neymar.