De Guardiola a Luis Enrique

Estilo y matices. No hay nada peor en la vida que aferrarse a los recuerdos del pasado como si fueran una verdad absoluta. El pasado hay que tenerlo siempre en cuenta, pero como experiencia para conocer lo que puede volver a pasar, no como lastre para la adaptación a los nuevos tiempos. Este pensamiento aplicado al fútbol y al Barça nos lleva al debate sobre un estilo con el que se ganó todo y se alcanzó la excelencia pero que no puede acabar siendo un freno para la evolución hacia otro modo de jugar que se adapte a las características de las nuevas plantillas.

Guardiola pasará a la historia como el entrenador que mejor rendimiento supo sacar de los jugadores que tuvo a sus órdenes. Ellos son, en definitiva, los que marcan el estilo de juego. Ocurrió, además, que el fútbol del mejor futbolista de todos los tiempos, Messi, y los mejores centrocampistas, Xavi e Iniesta, encajó con su propia filosofía y la del club. Todo coincidió. Estilo, jugadores y el mejor entrenador. 

Pero nada es eterno. Xavi fue cumpliendo años, Iniesta, también, lo mismo que Alves, Puyol se fue... El cambio de ciclo es inevitable y en ello está Luis Enrique. Seguramente, Lucho no ve el fútbol igual que Guardiola pero tampoco es un problema si hay que evolucionar. El proceso es duro y la nostalgia del pasado no ayuda. Pero el contraataque no es ningún pecado si da buenos resultados. Como tocarla menos y chutar más desde la media distancia. O sacarle más partido a la estrategia y al juego aéreo. Todo suma. No se trata de matar el tiki-taka, sino de reactivarlo y adaptarlo a la nueva realidad. Si tienes a Neymar, Suárez y Rakitic hay que darles espacios, velocidad e intensidad. Un pase de 40 metros es tan bonito como tres minutos de rondo. El estilo del Barça es jugar al ataque a partir del buen fútbol. Eso es lo único innegociable. Lo demás acepta todos los matices.