esto es lo que hay

Gana el modelo, pierde Alcácer

Alcácer, ante el Gladbach

Alcácer, ante el Gladbach / sport

Joan Maria Batlle

No fue una victoria brillante pero sí fue una victoria para creer en el equipo, en su capacidad de reacción y en el modelo táctico que le ha encumbrado hasta la cima. Mirándolo al revés, es una victoria para dejarse definitivamente de inventos. El Barça coqueteó ayer con el fracaso, no nos engañemos. Tácticamente, regaló 53 minutos con dos delanteros sobre campo, molestándose por encontrar cada uno su puesto natural, que es el mismo. Y por culpa del bloqueo táctico de arriba el equipo padeció más de la cuenta en el medio y atrás. La primera experiencia con Suárez y Alcácer juntos no ha funcionado y yo creo que el propio Luis Enrique se lo temía pues creó para Neymar una demarcación híbrida, algo así como media punta por detrás de los dos nueves abiertos para que éstos entraran en diagonal. Total, un galimatías con todos los delanteros fuera de su sitio, sin extremos y con el equipo descolocado frente a los contragolpes alemanes, uno de los cuales acabó en gol.

Reacción. Luis Enrique no quiso “matar” a Alcácer dejándole en el vestuario en el descanso, pero lo cierto es que solo le aguantó ocho minutos en el segundo tiempo. Con su temprana sustitución por Rafinha, el flamante fichaje procedente del Valencia ha quedado señalado. Suárez y él no pueden jugar juntos. El equipo reaccionó de inmediato, más posesión, más movilidad, más espacios, menos atasco. Y ya cuando Arda, que está en estado de gracia, entró por Rakitic, la fluidez se pareció a la que el Barça tiene en el 95% de los partidos. Total, remontada en nueve minutos, veintitrés desde el primer ajuste táctico. Un éxito del modelo, que puede evolucionar, pero no pasar del “9” falso al atasco de nueves. Afortunadamente, se rectificó a tiempo y así, lo que durante media hora pintaba mal, acabó con sabor a gloria con el pinchazo del City ante el Celtic... que, por cierto, no deja de ser significativo, pues el rival al que el Barça le clavó siete le ha metido tres a Guardiola. Curioso, ¿verdad?