Cuando Busquets corre demasiado...

EQUILIBRIO O DESCONTROL. No se trata de recriminar a un jugador que corre mucho en un partido, ¡faltaría más!, pero sí de analizar por qué tuvo que correr tanto y cómo corrió. La cuestión es que Busquets fue el futbolista del Barça que más corrió en el partido contra el PSG. Más de 11 kilómetros, lo que me parece mucho para un mediocentro que basa su efectividad en el juego posicional. Busquets ha de dar equilibrio y, como comprenderán, equilibrio es lo contrario de descontrol, que es lo que obligó a ‘Busi’ a correr sin ton ni son para tapar agujeros y corregir las posiciones de otros a costa de descuidar la suya.

En un Barça lleno de estrellas mediáticas como el de los últimos años triunfales, seguramente la figura de Busquets ha sido la menos valorada por el gran público. No así por sus entrenadores. En este sentido, siempre recuerdo una frase de Del Bosque que lo resume todo: “Si volviera a ser futbolista, me gustaría ser como Busquets”. Y es que el hombre que aguanta el entramado táctico del estilo que ha revolucionado el fútbol moderno no es otro que él.

Por eso, no es buena señal que Busquets tenga que correr mucho. Quiere decir que ha de apagar mucho fuegos, en la derecha, en la izquierda, atrás... En París, el Barça no tuvo el control del partido, Busquets se descompensó y la defensa se rompió. Así de sencillo. De ahí que se reabran debates como el de ayudarle en partidos complicados con otro mediocentro, al estilo de Del Bosque en la selección. Sería Mascherano, lo que, por ejemplo en París, acaso hubiera dado entrada a Piqué y quizá se hubiera mejorado en salida de balón. Es una posibilidad, pero lo primero que tiene que hacer Luis Enrique es preguntarse por qué Busquets tuvo que correr tanto.