De Cruyff a Guardiola; de Robson a Vilanova

 más claro....Pocos entrenadores han dejado en un club una huella tan profunda como Guardiola. Si acaso, en el propio Barça, Johan Cruyff y dicen que Helenio Herrera, pero esta es una época que no viví y, de la que, por lo tanto, no puedo opinar. La experiencia de la salida de Cruyff es el primer aviso de que no es fácil sustituir a un entrenador de tanta personalidad y que ha acumulado tanto poder. No en vano, Bobby Robson no duró más que una temporada pese a ganar todo lo que podía ganar menos la Liga. La sombra de Cruyff era demasiado alargada y en la recámara estaba desde el primer día otro técnico de personalidad singular, como Louis Van Gaal.

La historia, en cierta medida, se repite ahora con la marcha de Guardiola. No es lo mismo, pero puede parecérsele. Me explicaré. Robson tuvo que hacer un equipo nuevo y Tito recoge un equipo hecho y derecho, competitivo y campeón. Tampoco es lo mismo porque Robson llegó de Portugal y Vilanova ha estado al lado de Guardiola desde el minuto uno de su andadura al frente del Barça. Es, pues, razonable pensar que este cambio no tiene por que ser traumático como lo fue el de Cruyff.

Pero vuelvo a lo de las personalidades. Guardiola ha sido mucho más que un entrenador y forzosamente su sustituto estará sometido al permanente examen de las comparaciones. Tito no puede controlar esta variante pero tiene un gran as en la manga para salir adelante: los mejores líderes en el campo. Messi, Puyol, Xavi, Iniesta, Piqué y esos líderes serán los que le hagan bueno o malo. Messi decía ayer desde Argentina que espera que con Tito no cambie nada. Pues eso, más claro, el agua.