Esto es lo que hay

El caso de Busquets frente a los mediáticos

Sergio Busquets, en una imagen de archivo

Sergio Busquets, en una imagen de archivo / sport

Joan Mª Batlle

El otro día hizo Busquets unas declaraciones que le salieron del alma. Reconoció que no es mediático y que por eso le importan bastante poco los premios que siempre se reparten los mismos, lo merezcan o no lo merezcan. Es obvio que Messi ya trasciende de la categoría de mediático. A Leo, los premios se los dan porque es el mejor futbolista del mundo y cada temporada lo demuestra. Es más, si fuera por mediático, Messi tendría serios problemas para enfrentarse a Cristiano Ronaldo, que aparece en todas las salsas simplemente porque los que mueven el cotarro de los premios entienden que han de vender su imagen, haya sido o no el mejor. Hay muchos ejemplos sobre el particular y los últimos dos muy recientes, su designación como finalista del Balón de Oro, discutible aunque aceptable, y ese premio al jugador más valorado por la afición que le regaló el lunes la Liga, este ya inaceptable entre otras cosas porque cuesta creer que sea el jugador más querido por las aficiones españolas que no sean la madridista. 

El mejor en su puesto. Hace bien Busquets en pasar de todo lo que es circo y dedicarse a jugar al fútbol para seguir siendo el mejor del mundo en su puesto, que no es un puesto cualquiera, es el que da equilibrio, el corazón del centro del campo, el que hace que los cracks encajen en un equipo y puedan ser más cracks y ganar títulos. Al respecto, nunca podré olvidar la definición que Del Bosque hizo de Busi, creo que durante el Mundial de Sudáfrica. “Si volviera a ser futbolista, quisiera ser como Busquets”, dijo el seleccionador. Sobran palabras. Él, que fue un jugador de buen toque, visión de juego y llegada, quería ser como Busquets. ¿Por qué? Pues porque es el jugador más completo y con mejor comprensión táctica sobre un terreno de juego. Y eso tiene un valor incalculable. O sea, que no preocuparse por los premios ni por los guaperas en calzoncillos es una buena forma de blindarse ante la injusticia.