De Bartomeu a Florentino

Mientras el calor bate récords históricos, los dos grandes del fútbol español viven este verano momentos paradójicos. Porque no me digan ustedes que no es paradójico que el Barça, que lo ha ganado todo, vote nuevo presidente mientras el Madrid, que no ha ganado nada, esté anestesiado, sin nadie que se atreva a mover un dedo contra el poder vigente. Y más aún, que el Barça, que está sancionado y no puede fichar, fiche, mientras, el Madrid, que ha de abordar un cambio de ciclo urgentemente, esté parado tras fichar a un entrenador que no ilusiona precisamente a su afición. ¡Ah, sí!, De Gea, como si con el portero les bastara para cambiar de ciclo... 

Pensemos por un momento en lo que sucedería en el Barça si estando como está el Madrid todavía no hubiese fichado a nadie. De hecho, ya ocurrió la pasada temporada y a estas alturas habían llegado Bravo, Ter Stegen,  y Rakitic y estaba al caer Suárez. Solo los centrales se hicieron esperar y Douglas fue más una ‘frivolité’ de última hora que otra cosa. Pero de no haber sido así, Bartomeu igual tendría que haber adelantado las elecciones medio año antes.

Las elecciones son, precisamente, la causa y el efecto de todo. De entrada constatan el carácter del club blaugrana, abierto, democrático y participativo. Siete precandidaturas y cuatro o cinco candidaturas en tiempos de bonanza... ¡alucinante! Pero es que la masa social barcelonista está despierta, viva, tiene inquietudes, quiere ayudar... Y los líderes directivos, los que mandan y los que quieren mandar, si se duermen un segundo están perdidos. La oposición es imprescindible para que el poder no se amodorre. Bartomeu se vio obligado a anticipar unas elecciones (¡bendito el día que las convocó!) y afortunadamente, también, estas elecciones precipitaron la renovación de Luis Enrique y la concentración de todo el poder deportivo en su persona. De esta decisión y de la necesidad de marcar diferencias en el fragor electoral han llegado los fichajes de Aleix Vidal y Arda Turan. Y con el trabajo hecho, el socio pondrá a un presidente el día 18. ¿Y el Madrid? Nada, allí no hay presión ni oposición ni entorno ni elecciones. Allí hay un pensamiento único. Así les va...