La Última

Aprende, Madrid

Joan Mª Batlle

Allí donde Mou no tuvo equipo, el Barça se superó

La remontada en el campo del Sevilla entrará en los anales de las grandes noches del Barça. Salir del Sánchez Pizjuán con un 2-3 cuando en el minuto 88 se perdía por 1-2 es una hazaña solo al alcance de los mejores. Pero ya no solo de los mejores futbolísticamente hablando, si no los mejores en actitud, carácter y raza. El Barça estuvo tocado, pero jamás se sintió hundido. Fuerte en el campo y bien llevado desde el banquillo, el equipo ganó porque siempre creyó en la victoria. Toda una lección al Madrid, que en este mismo campo fue incapaz siquiera de igualar un gol que le marcaron en el primer minuto.Todo un escarnio para Mourinho, que de allí donde se quejó de que no tenía equipo ha visto salir a un Barça que se ha superado a sí mismo.

El Madrid llegará al Camp Nou con la soga al cuello

La Liga está donde el Barça quería que estuviera en el momento de recibir al Madrid en el Camp Nou. Impecable en lo que dependía de él, seis victorias en seis partidos, dieciocho puntos, sensación de superioridad absoluta, e inmejorable en los imponderables, en esos ocho puntos que ya se ha dejado el Madrid a falta del partido de esta tarde contra el Depor. Si la lógica se impone, el equipo de Mourinho llegará al Camp Nou a ocho puntos del Barcelona, lo que es tanto como decir que con la soga al cuello, pues una derrota le dejaría a once puntos con menos de dos meses de competición, toda una humillación. Y once puntos, señores, con este Barça hambriento de triunfos, son muchos... Tantos, que para mí, la Liga estaría prácticamente ganada.

Cesc y Villa merecían esos momentos de gloria

Hacía más de siete meses que Cesc no marcaba con el Barça, un período demasiado largo como para que los enemigos no tiraran con bala contra él. Ayer, por fin, Cesc fue el mejor del equipo y rubricó su gran partido con dos goles decisivos, de esos que van a dar la vuelta al mundo y le van a devolver todo el protagonismo en el que, dado su carácter competitivo, se mueve muy a gusto. Con confianza, Cesc es un jugador desequilibrante que dará muchas alegrías al Barça. Otro que merecía un momento de gloria es David Villa. Ese gol definitivo, a pase precisamente de Messi, con el que muchos quisieran verle enfrentado, representa el final de un largo túnel de dolor y sacrificio y el principio de su recuperación total.