ESTO ES LO QUE HAY

Algo falla cuando Busquets no está en el campo

Busquets vio la tarjeta amarilla

Busquets vio la tarjeta amarilla / sport

joan maria batlle

Después de la gozada de los siete goles al Valencia el miércoles en la Copa, la forma de ganar ayer al Levante no dejó un gran sabor de boca a los barcelonistas. Fue un triunfo discreto, sin más, con un gol en propia puerta y otro en magnífico contragolpe, eso sí, pero en el último suspiro del partido. O sea, que durante noventa minutos la victoria estuvo en el alero, cosa que ante el colista sorprende y es cuestión de analizar. Seguramente, la explicación hay que encontrarla en la durísima cuesta de enero y febrero que está sufriendo el equipo, con partido cada tres días y eliminatorias de Copa muy exigentes. Sin duda, el desgaste pesa en las piernas de los jugadores y, concientes de ello, prefieren dosificarse.

SUFRIR SIN BALÓN. Si nos fijamos, es lo que sucedió contra el Málaga en La Rosaleda y el mismísmo Atlético en el Camp Nou. El equipo apretó solo cuando había que apretar y mantuvo el balón a medio gas porque le era suficiente. Y nadie les puede decir nada, absolutamente nada, cuando llevan 28 partidos sin perder. Otro detalle es la ausencia de Busquets. Al margen de la intensidad, ayer el problema del equipo fue el equilibrio, pues sufrió demasiado cuando no tuvo el balón. El repliegue y el orden táctico se resienten mucho cuando Busi no está en el campo. Luis Enrique se percató de ello y le sacó 25 minutos, para que el Levante no se viniera arriba. Es tan grande la influencia de Busquets en el equipo, que cuando no está en el campo siempre falla algo. Y siempre, es siempre.