Esto es lo que hay

Más allá de las renovaciones de Messi y Cristiano

Cristiano Ronaldo, en un momento de la rueda de prensa que ha ofrecido este lunes tras renovar con el Real Madrid hasta 2021

Cristiano Ronaldo, en un momento de la rueda de prensa que ha ofrecido este lunes tras renovar con el Real Madrid hasta 2021 / sport

Joan Mª Batlle

El Madrid acaba de renovar a Cristiano Ronaldo hasta los 36 años, el Barça está a punto de alargar el contrato de Luis Suárez hasta los 34, tras hacerlo con Neymar, que llegaría a los 29, y todo indica que firmará a Messi hasta los 35 y a Iniesta hasta los 36. A otros niveles, en el Madrid Pepe acabaría en junio con 34 años, pero piensan en ofrecerle una o dos temporadas más, Sergio Ramos se va a los 34, como Modric, recién renovado.Y Bale, que terminará en el 2022 con 33 años después de firmar recientemente un supercontrato. Largo, claro. En el Barça, Mascherano se va a los 35 años y Busquets a los 33... en fin, que salvo la de Neymar, estamos hablando de renovaciones de riesgo. Es cierto que son grandísimas figuras, pero también lo es que no hay nadie que dure cien años y que el mayor riesgo, en mi opinión, está en renovar en bloque. Una cosa es que, por la edad, baje el rendimiento de uno o dos jugadores y otra, que lo haga el equipo entero. 

LA LEY DE LAS ESTRELLAs. He querido ilustrar la situación con datos del Barça y del Madrid para demostrar que, más allá de las valoraciones individuales, es una cuestión de estrategia global. Solo un apunte en este sentido: tiene menos riesgo Messi hasta los 35 que Cristiano hasta los 36 por la propia condición de cada uno, gran técnica y talento el argentino para adaptarse a otras funciones menos exigentes físicamente en contraposición a la potencia y velocidad, que bajan con los años, del portugués. Pero de lo que se trata es de constatar que las estrellas  imponen su ley a los clubs, dado que si llegan a la última temporada de contrato, la amenaza de marcharse gratis es altísima. Los clubs se curan en salud, contratos largos, cláusulas altas, no sea que se los lleven la competencia. Pero pagan un altísimo precio y riesgo por ello. Y a la hipoteca económica a la que se atan, hay que añadir la obligación de preparar el futuro, el cambio, la otra renovación, preparar los paulatinos relevos. El Barça lo ha querido hacer este verano, pero de momento no podemos ser muy optimistas...