Fútbol total

Leo Messi me pone muchísimo

Leo Messi

Leo Messi / sport

Javier Rodríguez Marzo

Aunque al mundo del fútbol le conviene, por pura cuestión de normalidad, que salgan del armario cuántos más mejor, no es que me haya vuelto gay de un día para el otro. Pero lo que si es muy cierto es que Leo Messi me pone mucho, muchísimo. El otro día, cuando le vi con el torso desnudo pasando la revisión médica, sentí un profundo escalofrío de emoción. ¡Cómo ha vuelto, Dios! (Quiten la coma si quieren) Fibrado, sin un gramo de grasa... Está claro que ni la enorme decepción de la Copa América ni los palos recibidos de sus volcánicos compatriotas le han hecho mella y no se ha pasado las vacaciones comiendo chocolatinas para superar una supuesta depresión. Al contrario, Leo sigue con esa dieta milagrosa del médico italiano y está hecho un toro. 

Ha vuelto, además, antes de tiempo. Hambriento de seguir ganando en el Barça los títulos que no consigue con su selección. Una selección, un país, diría, que debe reflexionar y constatar que sin Messi nunca, JAMAS, habría llegado a la final de la Copa América y mucho menos a la del Mundial de Brasil.

Pero ellos, ahí siguen, disparando su bilis con absoluta mezquindad y preparándose para ahorcarlo por si, como se ha rumoreado, se tomaba un descanso de la albiceleste. El Tata ha disipado dudas. Lo tendrán en el próximo amistoso. Como el Barça en el Gamper de mañana. Jugará sus primeros minutos de la pretemporada. ¡Dios, ya me emociono!