Un buen día para el fútbol y el periodismo

Javier Rodríguez Marzo

Sam Allardyce podrá presumir el resto de su vida de ser el seleccionador inglés con mejor porcentaje de victorias. Y es cierto: ganó el único partido que disputó al frente de los 'three lions', un récord que seguramente nadie le arrebatará...

Pero también es cierto que, a partir de ahora, y si tiene vergüenza, deberá taparse la cara cuando salga a la calle. Ha quedado retratado, que diría Pedrerol, como un corrupto de tomo y lomo. Le han pillado con las manos en la masa dos periodistas del Telegraph, que han marcado un hito en la historia del fútbol y del periodismo.

Muchos deberían tomar ejemplo de lo ocurrido. Ni veinticuatro horas han pasado desde la publicación de los vídeos en que 'Big Sam', desde ya 'Little Sam',  les pedía una suculenta comisión de 400.000 libras a los periodistas disfrazados de inversores por darles las claves para burlar las leyes fiscales en la compra de jugadores. Un chanchullo habitual, según alardeó  el técnico, y un caso más de esa corrupción que, por desgracia, golpea al mundo en cualquiera de sus rincones.

Pero, por lo menos, y por eso este martes ha sido un buen día para el fútbol y el periodismo, en Inglaterra tienen castigo. O, cuánto menos, los culpables dimiten o son cesados. No como en esta España en la que el corrupto se abraza al cargo como una garrapata aunque las denuncias estén probadas. Saben que la justicia mirará a otro lado y que podrán seguir campando a sus anchas mientras que a los demás las arcadas están ya a punto de convertirsenos en vómito.