Depresión en Milán

Hubo un tiempo que el fútbol italiano era la envidia de Europa. Los mejores futbolistas preferían el Calcio. Circulaba dinero y los clubs estaban en la cúspide continental, como es el caso del Milan de Gullit, Rijkaard y Van Basten. El de Sacchi y Capello.

Al Inter le faltaba músculo competitivo pero no económico y por sus filas pasaron jugadores como Rummenigge, Matthaus, Klinsmann o Ronaldo. La Juventus no le iba a la zaga, primero con Platini y luego con Zidane. Y el Nápoles tenía a Maradona.

Hoy la Serie A es un reflejo de lo que es el fútbol italiano, sin cracks, con los estadios viejos y semivacíos y la permanente amenaza de los ultras. En ese marco, aunque esta vez con lleno en las gradas, Inter y Milan han medido su depresión en un derbi de la 'Madonnina' venido a menos.

No se movió el marcador porque el autogol –no podía ser de otra forma– de Mexès fue anulado por el árbitro por falta de Palacio. El Inter mereció ganar, pero el empate castigó a los dos por igual.

Inter y Milan transitan por la zona media de la tabla y, a estas alturas de temporada, con escasas opciones de aspirar a jugar la Europa League. Porque de la Champions hace tiempo que se olvidaron...