Cassano estudia volver al Bari

Antonio Cassano, que el lunes por la noche acordó con el Parma la rescisión de su contrato por impago, se mantiene a la espera de la respuesta del Inter a su ofrecimiento y no descarta, en caso de no ser aceptado por Roberto Mancini, enrolarse en el Bari, hoy en la Serie B y en el que jugó entre los 5 y los 19 años, cuando tras dos temporadas en el primer equipo fue traspasado a la Roma.

El futbolista italiano, que ya cumplió los 32, sentenció su salida del Parma en apenas una semana. El viernes envió un requerimiento al club dando cuenta de los seis meses que acumulaba sin cobrar y ante el silencio de la institución, el lunes trasladó una carta de resolución de contrato, que el Parma aceptó para ahorrarse la ficha hasta final de temporada, la de la próxima y quedar a deberle, solamente, la mitad ya cumplida de ésta.

Cassano tiene un salario anual de dos millones de euros y tiene claro que el millón que le adeuda el Parma difícilmente podrá cobrarlo, renunciando directamente a los tres que le quedarían hasta junio de 2016. En diciembre ya dio los primeros pasos para dejar el club, ahogado financieramente y que mantiene una deuda de seis meses con toda su plantilla y trabajadores, pero su acercamiento a la Sampdoria no dio los frutos deseados por cuanto Sinisa Mihajlovic en primera persona rechazó el fichaje.

Tampoco le aceptó la Juventus, a pesar de su amistad con Massimiliano Allegri desde que jugó a sus órdenes en el Milan, y la última puerta a la que ha llamado, la del Inter en el que jugó 39 partidos en la temporada 2012-13, tampoco parece demasiado propicia.

Ante ello, en Italia se contempla cada vez más próxima la posibilidad de que regrese al Bari, donde su salario sería de apenas 800.000 euros por lo que resta de esta temporada y la siguiente en una decisión tomada más con el corazón que con la cabeza, por cuanto rechazó los sondeos procedentes tanto de Qatar como de la MLS. "A Estados Unidos pienso ir... de vacaciones cuando tenga 40 años" afirmó.

En casa, en el sur, reencontraría a una hinchada que no le ha olvidado, que le idolatra y que le recibiría con los brazos abiertos. Y un club totalmente nuevo, saneado economicamente y presidido por Gianluca Paparesta, ex árbitro de la Serie A y personalidad muy respetada en Bari. El cambio en el club, que el curso pasado se quedó en puertas de regresar a la máxima categoría, es tal que raro es el partido que no acuden al menos 17.000 espectadores al estadio de San Nicola.