Premier League

El propietario del Leicester, un tailandés que es el rey de los 'duty free' de su país

El tailandés Vichai Srivaddhanaprabha, de 58 años, compró el Leicester por 50 millones de euros en 2010 cuando el equipo estaba en segunda división

Srivaddhanaprabha saluda a los aficionados del Leicester

Srivaddhanaprabha saluda a los aficionados del Leicester / AFP

SPORT.ES

Claudio Ranieri en el banquillo y Riyad Mahrez y Jamie Vardy en el terreno de juego son las caras más reconocibles del Leicester, flamante campeón de la Premier League. Pero si hay una figura capital en la construcción de un equipo que acaba de proclamarse campeón de la Premier League después de 132 años es la de su propietario, el empresario tailandés Vichai Srivaddhanaprabha, que no ha regateado esfuerzos para aportar dinero a la enidad.

Srivaddhanaprabha, de 58 años y perteneciente a la élite de la sociedad tailandesa, compró el Leicester en 2010 por 40 millones de libras (poco más de 50 millones de euros) y desde el primer momento se ha apartado del foco informativo, dejando a su hijo Aiywatt, vicepresidente del club y conocido con el apodo de 'Top', en la primera línea mediática.

El propietario del Leicester responde al perfil del 'self made man' (hombre hecho a sí mismo), ya que se ha convertido en el rey de los 'duty free' de su país, Tailandia, tras haber comenzado a amasar una fortuna estimada de 2.900 millones de dólares, según la revista 'Forbes', a partir de una única tienda en Bangkok.El grupo empresarial que encabeza Srivaddhanaprabha ganó la concesión de las tiendas libres de impuestos del nuevo aeropuerto internacional de Bangkok, Suvernabhumi.

No es extraño pues que cuando el Leicester todavía estaba en la Championship, la segunda categoría del fútbol inglés, declarara que "en dos o tres años" quería que el equipo consiguiera "buenos resultados" en la Premier League, como ha recordado recientemente su hijo Top.

Srivaddhanaprabha ha consguido armar un equipo cien por cien competitivo inyectando decenas de millones pero sin perder la cabeza por las grandes estrellas. Esa línea de discreción es la que le mantiene habitualmente en un segundo plano, aunque en ocasiones haya asumido el protagonismo al aterrizar en helicóptero en el mismísimo círculo central del Power King Stadium o regalando cerveza y aparitivos a los aficionados.