Mahrez acerca al Leicester el sueño de la Premier

Mahrez catapultó al líder hacia el sueño. El Leicester sigue a la suya bajo el embrujo de su Messi y allí donde hace dos años se dejó la Premier el Liverpool conquistó tres puntos de oro que le acercan, un cacho más, al título.

Acompañado por una legión de seguidores que hace ya tiempo tomaron al pie de la letra el permiso que les dio Ranieri, el Leicester ofreció en Londres una auténtica exhibición, de su juego: directo en ataque, incansable en el medio y rocoso en defensa.

Y bajo el embrujo de ese Mahrez soberbio conquistó una victoria providencial frente al Crystal Palace. Irregular y hasta apagado en las jornadas precedentes, el internacional argelino, el tipo que hace dos semanas admitió que cuando escuchó por primera vez hablar de los zorros creyó que se trataba de un equipo de rugby, mostró el mejor repertorio de su fútbol.

Asistido por Vardy, Kanté, Okazaki, Drinkwater, Huth... Por un equipo mayúsculo, Mahrez se vistió de estrella. En una contra supersónica, tres pases apenas, tuvo en sus botas el 0-1 a los 18 minutos pero Hennessey salvó su remate raso. A los 34, sin embargo, ya fue inútil.

Comienzo y final, el argelino marcó el 0-1 con un remate impecable junto al punto de penalti tras una asistencia de Vardy... En un ataque que comenzó él mismo con un centro. Su movimiento a lo largo de toda la jugada fue, simplemente, excepcional y demostrativa de su inteligencia futbolística.

SUFRIMIENTO Y ÉXTASIS

Entregado a la causa, el Leicester al completo apretó los dientes, ya fuera primero para buscar un 0-2 que le diera tranquilidad o después para mantener ese resultado, tan ajustado en el momento como enorme en el historial de esta temporada.

Estuvo cerca de ampliar la ventaja en el tramo final del primer tiempo y supo sufrir en el segundo, ante el agobio de un Palace lanzado por Cabaye, Bolasie y Zaha, tras la desaparición en el descanso de Adebayor, tan mediático como intrascendente. Un fichaje presentado en enero como enorme y que está resultando un fiasco.

Se lanzó a la desesperada en busca del empate el equipo de Pardew y, roto el partido, obligó a redoblar esfuerzos al Leicester, al que Ranieri dio aire con la entrada de Leo Ulloa, el tipo que le dio aquella victoria de oro frente al Norwich, para trabajar en el centro y presionar la salida de balón rival.

En el sufrimiento final destacó la figura de Schmeichel cuando emergía la posibilidad del empate... Pero resistió el líder, ese equipo al que admira toda la Europa futbolística, para llevarse una victoria que presionará de forma evidente al Tottenham, a ocho puntos antes de recibir en White Hart Lane al Bournemouth.

A siete jornadas para acabar la Liga el Leicester sueña con la mayor gloria de su historia. Y la mayor sorpresa que haya visto el fútbol inglés, como destacó Alan Shearer, empieza a ser más posible que utópica.