El Girona paga ante el Alavés un descuido imperdonable

Carles Rosell

El Girona lanzó al traste 70 minutos de fe, trabajo y perseverancia con un final para echarse las manos a la cabeza. Si hace una semana el Betis le empataba cuando ya nadie se lo esperaba, ayer el Alavés, el colista, le pintó la cara. Y eso que el conjunto catalán se puso 2-0 en el electrónico. Pero ni así. Ibai, el héroe visitante, culminó una remontada inverosímil y, para los de casa, muy dolorosa.

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Liga Santander

2
3
Alineaciones
Girona
Bounou, Pablo Maffeo, Juanpe, Bernardo (Ramalho, 42'), Muniesa, Mojica; Pere Pons, Àlex Granell, Borja (Douglas Luiz, 80'), Portu (Aday,89'); y Stuani.
Alavés
Fernando Pacheco; Martín, Alexis, Maripán, Rubén Duarte; Ibai. Pina (Dani Torres, m. 80), Medrán, Wakaso (Alfonso Pedraza, m. 70); Bojan (Burgui, m. 62) y Munir

Con prácticamente todos los efectivos a su disposición, Machín dio entrada al once esperado, recuperando a Pons en la medular y apostando por Mojica en el carril, sentando a Aday. Salió a dominar el Girona, a buscar el gol y a aprovecharse de un rival herido, pero se encontró con un muro difícil de superar.

Tardó casi media hora en llegar la primera ocasión. Fue Stuani, rematando un buen centro de Maffeo, quien rozó el primero. Poco más pudieron hacer los rojiblancos hasta el descanso. Un par de tiros lejanos de Pons y Granell sin consecuencias, además de un gol anulado a Borja por manos.

Sin embargo, lo más destacado del primer acto fue el prematuro cambio de cromos en defensa: Bernardo notó unas molestias y su sitio lo ocupó Ramalho. Visto lo visto, era necesario dar un paso adelante para intentar superar a un Alavés muy ordenado.

Tuvo que aparecer Stuani, casi a la hora de juego, para desembozar el partido y tranquilizar a la parroquia local. El uruguayo recibió un gran pase de Muniesa al espacio y demostró sus habilidades en el área para superar a Pacheco. Por si las moscas, tres minutos después Juanpe remató un córner en el primer palo para hacer subir el 2-0 en el marcador.

Pero cuando mejor pintaba la cosa para los de casa, Ibai recortó distancias aprovechando el rechace en corto de Bounou. Quedaban 20 minutos y podía pasar cualquier cosa. Y pasó. A poco para el final, el portero del Girona cometió un penalti que transformó Ibai. Él mismo se encargó de dejar helado a Montilivi con el 2-3 en el último suspiro. Oxígeno para el Alavés y un mazazo de lo más doloroso para los de Machín.