Valverde y Amador entierran el Giro en Los Dolomitas

El ambiente en Movistar era de funeral. La etapa reina de la segunda semana del Giro de Italia con seis puertos de montaña y algo más de cinco mil metros de desnivel fue excesiva, desmesurada en todo. Puso a prueba a todos los ciclistas y quienes se creían infalibles se quebraron ante tanta dureza. Sucedió con el gran favorito, Vincenzo Nibali, que mandó a su espléndido equipo a hacer un trabajo de libro que no pudo rematar con el triunfo de la etapa. Y sucedió con Movistar, que perdió la maglia rosa de Andrey Amador. En las cuestas de Valparola, el último puerto de la jornada, Alejandro Valverde se quedó cortado ante un cambio de ritmo provocado por el propio Nibali y al que solo respondieron Kruijswijk y Chaves. Este último ganó la etapa 27 Km. después, con el holandés,nuevo líder, a rueda. Lo peor, las diferencias. Valverde perdió 2'59" y Amador 3'52.

Lo de Nibali fue casi un morir matando aunque todavía sigue aspirando a ganar el Giro. Tuvo que llegar a este límite, al de la propia asfixia, para deshacerse los Movistar.  Y tras este desgaste, la dureza casi acabó engullendo al Tiburón de Messina en una etapa de 210 km sobredimensionada,  que discurrió por el Pordoi, Passo Sella, Gardena, Corvara, Campolongo, Giau y Valparola.

Si Nibali consigue ganar el Giro en Turín tendrá que hacerle un monumento a su compañero Michele Scarponi, un 'alpinista' capaz de romper el ritmo que imprimía Movistar en las faldas del colosal Passo Giau (2.236 metros) cuando a Rubén Plaza (Orica), que iba por delante escapado comenzaban a flaquearle las pilas. A 50 Km. de meta, Scarponi se cargó el grupo de favoritos a su espalda y fue desgranándolos con paciencia hasta que solo quedaron una docena de elementos. 8 kms después, Andrey Amador, el líder del Giro se descolgaba momentáneamente. Se quedó solo, a sus suerte, sin ningún compañero que pudiera ayudarle, pero el costarricense tiene algo así como una calculadora en su cabeza que le permitía intuir que forzando el descenso podría volver a 'conectarse' con los favoritos. Y así lo hizo pese a coronar con 55" de desventaja. 

El problema es que Nibali no le dio tiempo a tomar aire porque dos kilómetros después de haber enlazado, al final de la bajada, el de Astana arrancó con toda su fuerza, a 28 Km de meta, en las cuestas de Valparola. El brutal ataque pilló desprevenido a Alejandro Valverde. No pudo seguirle. Chaves, el colombiano que el año pasado acabó la Vuelta a España por detrás de Nairo Quintana en quinta posición, se atrevió con el desafio. Y también el holandés de 28 años Steven Kruijswijk, un escalador que sabe correr agazapado y que en dos ediciones ha terminado en el 'top ten' de la ronda italiana. 

Los cronómetros se pusieron en marcha y a Movistar se le fue escapando inexorablemente el Giro. Nibali fue tratado con la misma moneda. Kruijswijk vio al italiano 'apurado' tres kilómetros después y no se lo pensó dos veces. Se marchó solo. Poco después Chaves hizo lo mismo y dio alcance al holandés. 

En el sprint, el colombiano que no puede levantar el brazo izquierdo desde que en el 2013 tuvo una mala fractura de clavícula que le dejó KO durante un año y que estuvo a punto de retirarle, liberó todas sus frustraciones superando al holandés, el nuevo líder del Giro con 41" sobre Nibali. 

Este domingo se disputará la exigente cronoescalada de 10,8 Km. hasta la cima de Alpe di Siusi. Para Movistar se impone un replanteamiento completo de la carrera.