Fútbol/Violencia

Salvaje agresión a un árbitro de 15 años en un partido de la Preferente gallega

Un joven árbitro de 15 años fue agredido por un jugador del Ribadeo tras expulsarle

Este es el momento en el que se produce la agresión al árbitro del Lugo B-Ribadeo

Este es el momento en el que se produce la agresión al árbitro del Lugo B-Ribadeo / sport

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La página web del Sindicato de Árbitros denuncia la salvaje agresión que el pasado domingo sufrió un joven colegiado de 15 años del comité coruñés durante el partido de la Prefrente gallega que enfrentó al Lugo B y al Ribadeo.

Según el relato de los hechos realizado por el sindicato arbitral, la agresión se originó a raíz de la expulsión de un jugador del Ribadeo, que no contento con recurrir a la violencia insultó gravemente al árbitro, que tuvo que abandonar el campo escoltado por la Policía Nacional.

Todo comenzó cuando el Lugo B marcó un gol a pesar de que un futbolista rival estaba tendido sobre el césped, lo que provocó que el juego se endureciera hasta altos niveles de agresividad. El colegiado acabó expulsando a tres futbolistas del Ribadeo y uno de ellos, de nombre Coki y de 28 años de edad, le dio una bofetada y tuvo que ser separado por sus propios compañeros mientras lanzaba duros insultos. 

El joven árbitro detalló en el acta que "tras ser expulsado por doble amonestación, Coki se dirigió a mí, encarándose a escasos centímetros de mi cara, en lo siguientes términos: ‘Mamón, eres un gilipollas’. A continuación, me propina un manotazo en mi cara con uso de fuerza excesiva, teniendo que ser apartado de mí por jugadores de su propio equipo. Acto seguido, a una distancia de tres metros, se dirige a mí en tono amenazante, en los siguientes términos: ‘Ya te esperaré a la salida. Te vas a enterar’".

Los insultos continuaron mientras de dirigían al túnel de vestuarios, todavía escoltado por sus compañeros según refleja el acta arbitral, le llamó "cabrón, sinvergüenza, hijo de puta, gilipollas". "Tras esto, pateó el banderín de esquina más cercano a los vestuarios", añadió el colegiado menor de edad, quien dejó constancia de que la policía se quedó para protegerle hasta su salida del campo "acompañándonos hasta nuestro vehículo".

Posteriormente, el agresor trató de hablar con el árbitro para pedirle perdón por "haber perdido los papeles", según él mismo reconoció pero se arriesga ahora una sanción de entre 18 y 23 partidos de suspensión.