LA ENTREVISTA

Queco Novell: "La política inspira más que el fútbol"

Pasó de periodista de TVE a actor y triunfó. Sus personajes en ‘Polònia’ de TV3 le han llevado a la fama. A partir de mañana presenta ‘Confessions d’un ex president’ en el Club Capitol de Barcelona

Queco Novell, en el barrio barcelonés de Gràcia, que le ha visto crecer

Queco Novell, en el barrio barcelonés de Gràcia, que le ha visto crecer / sport

àngels fàbregues

¿Qué queda del Queco Novell periodista?

Supongo que la persona que cada día se interesa por las cosas que pasan, que consulta varios medios porque no se fía de ninguno y la persona que cuando sucede algo importante se conecta y quiere saberlo todo.

Alguien que llevaba vida de funcionario y lo deja para hacer un programa de humor nuevo es un tío valiente, inconsciente, alocado…

Hay algo de inconsciencia, de valentía y sobre todo una persona que vio muy claro que aquel era el momento. También que la persona que me lo propuso, Toni Soler, era alguien de confianza. La piscina no estaba vacía, tenía un poco de agua. 

Y Toni te enredó…

Me llamó para enseñarme un proyecto de televisión: ‘Set de notícies’, No me proponía estar en el programa porque creía que yo estaba muy bien en TVE. Le dije que me lo propusiera y al día siguiente le dije que sí. En TVE me estaba aburriendo muchísimo y me vino en el momento perfecto.

Y después llegó el programa de radio ‘Minoria Absoluta’.

Sí, se trataba de comentar la actualidad política como si estuviéramos en casa o en el bar. Estuvimos un año con cero audiencia, nadie conocía RAC 1.

¿Y cómo lo hicísteis para tener tanto éxito?

Primero era de fin de semana y se pasó a diario… y allí pasó algo.

¿Qué pasó?

No lo sé. Al ser diario tuvimos que cambiar cosas y de casualidad entraron los personajes.

¿De casualidad?

Un día comiendo hice una voz en plan de broma y Toni dijo: esto lo podrías hacer en el programa. Lo hice y allí ya se lio todo… Lo pasábamos en grande. Era algo terapéutico.

Y después llega el ‘Polònia’.

Sí, y se lía parda (risas). Perdemos el control absoluto de la situación. Imagínate como estamos, diez años y siguiendo.

Y llega la fama.

Sí, pero yo he intentado que esto no hiciera daño. Es difícil porque es tentadora, y golosa. Pero a mí me pilló con 42 años y a esta edad las cosas te las tomas con mucha distancia. Si lo que me ha pasado con el programa ‘Polonia’ me pasa con 20 años estaría muerto o sería un superimbécil. 

¿Qué te inspira más la política o el fútbol?

La política es mucho más fácil para inspirarse. Del futbolista solo conocemos el lado del campo, porque cuando sale a hablar no habla. Un día un futbolista del Barça me explicó que se aprende a no decir nada en las ruedas de prensa. Por eso los mensajes son ‘intelectualmente tan brillantes’. Esto para hacer humor da para muy poco. Del político conocemos muchas más cosas. El ejemplo perfecto es Fernández Díaz. Hemos tenido la inmensa suerte de conocer su parte indiscreta y terrible que es oír cómo conspira pensando que nadie le oye. Esto para hacer humor es perfecto.

¿Qué personajes de los que interpretas quieres más?

Quise mucho a Pasqual Maragall porque fue el primero, el que ‘desvirgó’ el asunto.

Has hecho de Laporta y de Rosell. ¿Diferencias?

Abismales. Laporta era un vendaval. Lo peor de hacerlo era tener que grabar a las ocho de la mañana. Tenías la energía en la planta de los pies y debías ponerte a mil, hiperactivado y arrasar. Laporta era un huracán, un Tsunami de energía y Sandro era más bien lo contrario… hablamos de los personajes, que quede claro. 

Y desde mañana interpretas ‘Confessions d’un ex president’ en el Club Capitol.

Es un monólogo de un presidente que cuando deja de serlo confiesa sus errores, pecados y culpas delante del pueblo. Confiesa que ha robado, etc… pero recuerda al pueblo que le ha votado dos veces.

¿Está inspirado en alguien?

En nadie. Es un expresidente sin nombre y sin país y la gran suerte y la gran desgracia es que damos una patada a un árbol y caen diez. El público verá interpretados a varios.