"¡Madre mía la de alegrías que me ha dado mi Barça!"

Genio y figura hasta la sepultura, Antonio Canales, junto al también bailaor José Porcel, estará del 21 al 24 de julio en el Teatro Apolo de Barcelona con su obra ‘Encuentro’. Flamenco en estado puro para deleite de su legión de fans

sin-ttulo-3

sin-ttulo-3 / sport

Toni Frieros

Canales vuelve por sus fueros...

¡Sí! Y regreso a mi Barcelona de toda la vida. Yo no puedo vivir sin mi Catalunya, que “viu en un racó del meu cor…”

Me sorprende…

Tengo una casita en Segur de Calafell, donde vengo a descansar y a desconectar. Pertenezco a la ‘colla’ de Segur, me encantan los ‘castells’.

Eso, viniendo de un andaluz…

Es que Barcelona, Catalunya, es muy flamenca. Los catalanes, como los andaluces, son muy de la tierra, gente pura, como la del Penedés y la de Tarragona. Tenemos un sentimiento muy arraigado.

Defíname qué es el flamenco para usted…

Para mí no es una forma de vida, es un estado de ánimo. Es un momento de arte. Uno va a entregar ese sentimiento, el bailaor, y otro va a llenarse de él, el espectador.

Usted fue un niño prodigio

Si entiende por eso que debuté con 17 años en el Ballet Nacional…

Ha llovido…

Mucho, pero sigo sintiéndome joven. Estoy en un gran momento de plenitud, de amor, viviendo una segunda juventud.

Llegó a la cima. ¿Se marea uno estando ahí arriba?

A mí no me pasó. Siempre tuve a alguien que me dijo: “Antonio, que eres mortal”.

Buen consejo.

Pero siempre cometes excesos, más que nada por salir de esa ‘cárcel’ que en algunos momentos es la vida de un artista, llena de obligaciones y sacrificios.

¿Fue su caso?

Con 28 años, y durante más de siete temporadas, facturaba más de mil millones de pesetas al año, más que un futbolista de élite. Nadie ganaba más que yo.

Uff…

Tenía una flota de coches, guardaespaldas...

¿Fue despilfarrador?

¡Más de lo que debía! Mi padre, que jugó en el Betis (Gómez, lateral), me decía: “Ten cuidao, que todo se agota, que la vejez es muy fea”.

¿Podría vivir de rentas?

Sí, claro, si quisiera no bailaba más. Sigo por que el baile es mi pasión. He hecho una buena hucha para mí y mis hijos. Podría tener diez veces más, sí, pero ¡que me quiten lo bailao! ¡La de goles que yo he metío!

Hace varios guiños al fútbol…

¡Ah! Es que mis dos pasiones han sido el flamenco y el fútbol. Jugué en las categorías inferiores del Betis y pudo ficharme el Atlético y el Sporting de Gijón.

¿Por qué no siguió?

Me salieron unos ganglios muy feos en la ingle y el médico me dijo: “O bailas o juegas a fútbol”. Era el 10, zurdo, muy bueno. Lloré mucho cuando tuve que dejar el fútbol. Por eso tenía una manía…

Cuéntela.

En cada ciudad a la que iba pedía la camiseta del equipo de fútbol. Oporto, Milán… Tengo una colección de camisetas impresionante.

¿Y es…?

¡Hombre, culé de toda la vida! Madre mía la de satisfacciones que me ha dado mi Barça.

¿De toda la vida?

Mi ídolo fue Cruyff. ¡Qué elegancia, qué clase! Él trajo la primera revolución, como jugador y entrenador, y luego Guardiola le volvió a dar otra vuelta de tuerca al Barça que nos dejó a todos alucinados. Y ahora Messi…

¿Le conoce?

Desde que estaba en La Masia, a la que he ido muchas veces a dar charlas y conferencias. Messi es un sueño. ¿Sabía que le encanta el flamenco? Él baila flamenco con la pelota, como si tuviera al mundo en sus pies. Tiene arte ‘pa reventar’. 

¿Qué veremos en la obra ‘Encuentro’, en el Apolo?

Más Canales que nunca, a Canales en estado puro, con toda mi fuerza y filosofía.

¡Ole, ole y ole…!