Fútbol femenino

Dos jugadoras extremeñas brutalmente agredidas en Córdoba

Dos jugadoras del Femenino Cáceres, de segunda división, fueron agredidas este domingo por rivales y público del equipo cordobés de El Naranjo, en su visita al terreno andaluz.

Nerea Sánchez, con el collarín, es una de las agredidas. A su lado, Alicia Barrado, compañera de equipo

Nerea Sánchez, con el collarín, es una de las agredidas. A su lado, Alicia Barrado, compañera de equipo / sport

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La agresión a dos jugadoras del Femenino Cáceres en el campo cordobés de El Naranjo, fue desvelada por nuestro compañero Javier Ortíz de El Periódico de Extremadura, quien relató los acontecimientos: "Todavía estoy un poco que no sé lo que ha pasado. Dándole vueltas al tema. Y no consigo explicármelo", explica Nerea Sánchez. Es una de las dos futbolistas del Femenino Cáceres que fueron agredidas por rivales y público después del partido de Segunda División disputado el pasado domingo ante El Naranjo, en la barriada cordobesa del mismo nombre.

Selene Alegre es la otra. Ayer por la tarde fue sometida a una ecografía para conocer el alcance de las lesiones que sufre en el cuello. El caso ha reabierto el eterno debate sobre la violencia en el deporte.

"Nunca me había ocurrido nada parecido", cuenta Nerea, una delantera pacense de 21 años, los mismos que Selene, que es cacereña y con la que comparte posición en el campo. Estudia un módulo de Cocina en Cáceres. El fútbol siempre ha sido su gran pasión y, pese a lo sucedido, no se le ha pasado por la cabeza dejarlo.

"Yo estaba flipando. ¿Me están pegando?, me decía a mí misma con las manos en la cabeza. Me arrojaron al suelo... Solo sé que estaba rodeada de seis o siete futbolistas de El Naranjo. Una compañera del equipo se tiró encima para protegerme y ya me llevaron para el vestuario", añade la jugadora, que exculpa a parte de las rivales. "Oí a dos o tres de sus jugadoras de su equipo diciendo: "Qué vergüenza. Siempre pasa lo mismo aquí...". Allí siempre nos insultan, pero casi forma parte del juego. En estos días no se han puesto en contacto con nosotras", apunta.

Con un collarín y una cédula para el dedo menique, no podrá jugar el próximo partido. "El árbitro pone en el acta que yo le di una patada a la portera del rival. Realmente no sé cuándo vio eso, la verdad", sostiene.

También busca porqués Alicia Barrado, de 24 años y estudiante de Ciencias de la Educación. Una posibilidad es el enfado que pillaron las jugadoras andaluzas porque el encuentro de la primera vuelta, en Cáceres, tuvo que suspenderse por la lluvia y debieron viajar de nuevo para recuperarlo. Su papel fue la de poner paz en el confuso momento en el que se desataron los nervios.

"Nos metimos las más mayores a separar. A Nerea la sacamos como pudimos. Y cuando levanté la vista, vi a la gente de la grada y cómo enganchaban a Selene por el pelo. Fue algo increíble", recuerda. "Esperamos que esas personas tengan su merecido. No merecen seguir jugando", reitera, totalmente de acuerdo con su compañera: "Es que no he visto nunca nada parecido y ya llevo unos años en esto".