LA ENTREVISTA

Dani Rovira: "No puedo ser el amigo de España"

El actor y cómico Dani Rovira regresa con ‘Ocho apellidos catalanes’ tras arrasar con ‘Ocho apellidos vascos’

Dani Rovira en su entrevista con SPORT

Dani Rovira en su entrevista con SPORT / sport

Dídac Peyret

Con ‘Ocho apellidos vascos’ admitió que deseaba que la quitaran de la cartelera porque la fama se volvió insoportable. ¿Cómo está viviendo volver a enfrentarse a todo aquello?

Como ya sucedió y fue tan apoteósico, cuando no me lo esperaba, pues ahora, si viene otra ola, me va a pillar con una tabla de surf y no con un trozo  de plástico.  

¿El éxito compensa la pérdida de libertad?

Sí porque hago lo que amo. Todo tiene una contraprestación. Si lo dejara por el agobio, seguiría siendo famoso un tiempo, y a parte, dejaría de hacer lo que me hace feliz. La única salida es aprender a seguir con mi vida normal, pero desde una mirada diferente del mundo. 

¿A qué se refiere? 

Se aprende; vas poniendo ciertos límites, cambiando ciertos hábitos, te aferras más a tus amigos de siempre, a la familia... 

¿Temió que se le fuera la cabeza?

No tanto, pero de repente te ves en el ojo del huracán. Cada cosa que dices es noticia y no te puedes relajar ni un segundo. Una opinión tuya se puede convertir en una corriente de opinión nacional. 

¿Qué es lo más surrealista que le ha ocurrido con un paparazzi?

¡Uff! Pues que me haga fotos ¿Te parece poco surrealista que haya una persona que se dedique a ir por la calle para hacerme fotos?  

¿Le debe algo al público?

Le debo algo cuando el público me exige laboralmente. Es decir, si tú pagas una entrada para ir a verme en un monólogo, y yo te hago reír y te has quedado contento, estamos en paz. 

¿Entiende que se le critique si no se para a hacerse una foto?

Adoro a mi público y le estoy superagradecido, pero hay una vida personal. No interrumpiría a mi dentista en una terraza para que me mirara una caries mientras come con su señora. Se trata de aplicar el sentido común. Estás comiendo y hay una persona que se está haciendo selfies él solo. Si me voy contigo a una terraza a hacer un café, pensarás: ‘este tío es un imbécil’. Me agacho, pongo una postura rara...

¿Le da miedo que le pillen en una situación comprometida?

No me paseo por El Retiro lamiendo los cogotes de los curas. No haga nada de lo que me pueda avergonzar, pero la libertad de uno acaba cuando empieza la del otro. Pero en este país cuando haces un ejercicio de honestidad el linchamiento es muy barato. 

La gente lo ha convertido en vecino con el que se irá a tomar unas cañas de España…

Hostia, pues me buscarían una cirrosis importante ¿no? Es algo muy bonito. Pero, entonces, el nivel de decepción de cada persona que me conoce es muy elevado. Está bien sentirse querido, pero no puedo ser el amigo de España. 

¿Cuántas veces le han dicho últimamente que ha cambiado?

Un montón. Y también eso de ‘tú antes molabas’. Es muy España. Si me lo dijera gente que conozco entraría en una depresión de caballo. Y piensas: ‘bueno, tío, lo siento si te he decepcionado, yo antes era igual, los que habéis cambiado habéis sido vosotros’.

¿Cómo le puede afectar a ‘Ocho apellidos catalanes’ la situación de Catalunya?

Pues no lo sé, tío. No soy sociólogo, ni político. ¡No soy ni catalán!. No creo que tenga ni la pretensión de crear polémica ni de suavizar las cosas. Pero si pudiera quitarle hierro al asunto, nos alegraríamos.

¿Su perro se llama Buyo?

Sí, era mi ídolo; tenía la habitación llena de pósters suyos. He sido fan de los porterosextravagantes, tipo Campos, Higuita...

¿Siempre ha sido del Madrid?

Como me ponga hablar de fútbol me dan hostias por todos lados...    Cuando empecé a tener criterio, si es que lo tengo, el Málaga estaba en Tercera. Me han criticado por decir que era del Madrid, pero prefiero que gane el Málaga.