Ricardinho amagó, pero España fue más contundente y ya está en semifinales

España demostró que sin balón y en estrategia es la más docta, pero le cuesta jugar de primeras, uno de los sellos de nuestro fútbol sala. Sin eso, su capacidad de desequilibrio reduce sus opciones y la hace previsible. Un equipo que no circula bien la pelota tiene siempre problemas para controlar los partidos. Su principal peligro llegó con zarpazos a balón parado, en robos arriba o en balones largos a la espalda de la defensa, pero sin elabora el juego. Eso sí, es un equipo con recursos y José Venancio, perro viejo, recurre a los aclarados para los uno contra uno. Portugal tuvo dos caras, con el mágico Ricardinho y Cardinal y sin ellos. 

Las rotaciones descubren sus limitaciones e intentó asustar, pero confundió fuerza con juego y cuando la perdió se vio con cinco faltas, la quinta en un claro penalti, y con España subida a la chepa con otro de estrategia (0-2), de un saque de banda, y de un robo (0-3). Después, España fue muy membrilla y en vez de dormir el juego le metió velocidad y ahí Ricardinho está en su salsa. Intercambió de goles con dos del luso, uno de ellos exquisito (2-4). Después, defensa, Sedano y matar con su juego de cinco, el cáncer de este deporte .