Sergi Rosanas, el guerrero insaciable de la Masia

Sergi Rosanas, en un partido de la temporada pasada

Sergi Rosanas, en un partido de la temporada pasada / sport

Una de las teorías más extendidas por los expertos del fútbol base es que no siempre triunfa el mejor, sino el que además de calidad, tiene un buen entorno y los pies en el suelo. En el Barça hay muchos ejemplos pero uno de los que destaca por encima del resto es Sergi Rosanas. Se trata de un chico muy humilde y que no se cree por encima de nadie por llevar el escudo azulgrana en el pecho. Querido por los compañeros y por el cuerpo técnico, siempre ha sido uno de los capitantes en los equipos que ha formado parte. 

Sergi es de esos jugadores que el Barça ha mimado desde bien pequeño. Después de arrancar su aventura en las filas del Cabrera de Mar, pasó un año por el Vilassar antes de recalar en el FC Barcelona. Cuando fue a probar para entrar, Rosanas ni sabía que estaba participando en una prueba ya que le dijeron que Albert Tomàs, un hombre que conocía bien el club, le había conseguido esta oportunidad. El objetivo era que estuviera tranquilo y lo consiguieron ya que al cabo de unas semanas, Xavi Franquesa llamó a sus padres para informarles de que Sergi Rosanas era nuevo jugador del Benjamín B del BarçaFranquesa fue su primer entrenador y el destino quiso que se volvieran a encontrar, esta vez en el Cadete A 2016-17. Hecho que demuestra el buen ojo que tuvo al ficharle. 

Uno de los lastres que siempre ha arrastrado Rosanas son las lesiones. Sufrió mucho durante la época de crecimiento y se perdió el torneo de Brunete, uno de los más especiales para todos los niños. Sin embargo, él nunca se ha rendido y ha sacado esa garra que le caracteriza en el terreno de juego y que siempre le ha hecho muy competitivo. 

Ya sea partiendo desde el lateral derecho, su posición favorita, o de central, Rosanas siempre ha sido uno de los mejores de su generación a nivel estatal. Sus múltiples convocatorias con la selección española y su debut con el Juvenil A, a pesar de ser de primer año, lo demuestran. 

En su faceta más personal, Sergi destaca por ser un chico muy familiar. Sus seguidores en las redes sociales saben de la buena relación que tiene con sus hermanas Judit y Emma. Antes siempre estaban juntos en su casa de Cabrera de Mar donde Sergi enganchó su afición al fútbol a Judit, que no se perdía ninguno de sus partidos y hasta acudió a un campus futbolístico rodeada de chicos. Su pasión por el fútbol era tal que a los diez años le regalaron un perro y le puso de nombre ‘Gol’. Sin embargo, desde el año pasado, Sergi vive en La Masia y deja atrás siete años viajando en taxi de Cabrera a Barcelona.

Con Sergi pasa algo que pocas veces ocurre. Él no ha sido el primer componente de la familia que está en el Barça. Su bisabuelo, Emili Moragas, fue uno de los primeros médicos del conjunto azulgrana antes de la Guerra y fundó la Mutua Esportiva de Catalunya. Además tiene un busto en el Museo del Barça. Seguro que le gustaría saber que un bisnieto suyo triunfa en la cantera azulgrana

Por último, una de las manías que tiene Sergi desde que juega al fútbol es buscar a sus padres en la grada cuando salta al terreno de juego. Esperemos que dentro de unos años le cueste un poco más encontrarlos ya que en el Camp Nou no le será tan fácil.