El triple reto de Alonso

Fernando busca nuevos alicientes para mantener intacta su motivación

Fernando busca nuevos alicientes para mantener intacta su motivación / sport.es

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Después de la experiencia de las 500 Millas de Indianápolis, Fernando Alonso afronta 2018 como un nuevo desafío en su carrera. Por un lado, la renovación con McLaren para seguir en Fórmula 1, que en el próximo ejercicio será propulsado por motores Renault. Por el otro, su presencia en las célebres 24 Horas de Daytona y, más que probablemente, en las 24 Horas de Le Mans.

Fernando participó el pasado domingo en el test de rookies que el WEC organizó en Sakhir después de las 6 Horas de Bahrein. Logró el segundo mejor tiempo, compartiendo coche con Sebastien Buemi y todo apunta a que estará con Toyota en las próximas 24 Horas de Le Mans.

Toyota quiere que la presencia de Alonso en su equipo oficial no sea esporádica, o sea, que no se limite solo a correr en Le Mans. Los japoneses pretenden que Fernando corra con ellos el Mundial de la especialidad y que lo compagine con su presencia en la F1. La negociación está abierta y se decidirá en breve. Todo apunta a que el asturiano aceptará la oferta de Toyota, que incluirá como mínimo su presencia en la carrera de Spa, la última antes de la cita de Le Mans.

Indy, aparcado

Alonso ha sorprendido este año con su participación en las 500 Millas de Indianápolis, una prueba en la que acaparó la máxima atención, en la que fue uno de sus grandes protagonistas y en la que luchó por la victoria hasta el final y en la que fue elegido rookie del año.

Fernando, al que le encantó la aventura americana, ha aparcado un segundo intento en 2018, pero lo deja totalmente abierto para el futuro. Tenía ofertas de varios equipos para volverlo a hacer en el próximo ejercicio, pero él ha priorizado su debut en el WEC y Le Mans.

El bautismo en la Indy le encantó e indicó que repetiría, pero quiere hacerlo con una buena preparación, la máxima, y hoy es, indudablemente, su primer objetivo cuando se retire de la Fórmula 1. Se le ha puesto entre ceja y ceja ganar la Triple Corona, el título honorífico que se concede al piloto que ha ganado el GP de Mónaco de F1, las 24 Horas de Le Mans y las 500 Millas de Indianápolis.

Pasión por el automovilismo

Fernando Alonso es un apasionado del automovilismo, como se refleja con sus ganas de competir y de estar siempre subido a un coche. La elección por las 500 Millas después de tres años de frustraciones le supuso una inyección de aire fresco y entendió que con la F1 no se acaba el mundo. De ahí que el asturiano, que tiene en Antonio García a uno de sus mejores amigos y referentes, haya puesto ahora los ojos en la Resistencia.

Su participación en las 24 Horas de Daytona será en enero, justo antes de que empiece la pretemporada de F1. Será el pistoletazo de salida a una temporada que se presentará especialmente cargada para el asturiano y en la que se juega mucho en sus ambiciones de volver a ser campeón.

Los sueños de correr Le Mans, por otro lado, se centran en Toyota. Es el único equipo oficial que tomará parte en la carrera y Fernando si corre es con un coche con el que pueda aspirar a la victoria. Para Toyota y para Le Mans contar con Alonso en la parrilla les permitiría maquillar ese lapsus de marcas oficiales presentes después de los últimos abandonos de Audi y Porsche.

“Si fuera por mí correría cada semana”, ha manifestado recientemente. No hay nada que le llene más que conducir un coche de carreras en su máxima expresión, es decir, compitiendo. Correr Le Mans en 2018 le obligaría a un esfuerzo importante: siete fines de semana seguidos de carreras, combinando grandes premios de F1 y entrenos y carreras en La Sarthe. A él ello no le asusta. Al contrario, quiere disfrutar y para divertirse necesita sentirse ganador.