GRAN PREMIO DE ABU DABI

Mercedes reina de nuevo

De Fangio a Hamilton, la escudería alemana ha vuelto a marcar el ritmo del Mundial como ya hiciera el argentino en los míticos años cincuenta

Hamilton lo celebró por todo lo alto

Hamilton lo celebró por todo lo alto / sport

Laura Ramos

El proyecto que inició hace cinco año Ross Brawn culminó este domingo en Abu Dabi con el título de campeón del mundo de Lewis Hamilton y Mercedes. La escudería de las 'balas de plata' regresa al Olimpo por la puerta grande tras una temporada en la que solo el Red Bull de Daniel Ricciardo ha podido evitar un pleno histórico de victorias.

El bicampeón Hamilton es la punta del iceberg de un ambicioso proyecto que se ha ido gestando poco a poco sobre las cenizas de aquel Juan Manuel Fangio que enamoró a los aficionados del motor en los años cincuenta. El piloto argentino, cinco veces campeón del mundo, puso las bases de un sueño de grandeza que arrancó con los títulos mundiales de 1954 y 1955. 

Fangio deleitó al volante de un Maserati-Mercedes en el primer año de vida de la escudería alemana en el Mundial. Mejor imposible para la casa de Stuttgart que, sin embargo, desapareció poco después del campeonato. Regresó en 1994 como suministrador de motores de Sauber y no fue hasta 1998, de la mano de McLaren, cuando volvió a imponer su potencia en el Mundial con dos títulos mundiales junto al finlandés Mika Hakkinen.

Llegó entonces la supremacía de Michael Schumacher y Ferrari y Mercedes tuvo que conformarse con un segundo plano hasta que Lewis Hamilton les devolvió al primer puesto con el primero de sus dos títulos mundiales en 2008. Jenson Button siguió la estela de su compatriota inglés en 2009 con Brawn GP, origen de la escudería que este 2014 se ha paseado por los circuitos de medio mundo.

Ross Brawn convenció a los responsables de la fábrica de regresar al campeonato a lo grande y no solo como meros suministradores de motores. Mercedes merecía una escudería con nombre propio y en 2010 se lanzaron a la aventura junto a Michael Schumacher y Nico Rosberg. El primero de ellos, regresaba al campeonato después de tres temporadas sin competir; Rosberg, por su parte, era la apuesta de futuro de las 'balas de plata', que soñaban con ganar el Mundial como ya hiciera Fangio, pero con pilotos alemanes.

La primera apuesta no salió como se esperaba. Schumacher, pese a sus siete títulos de campeón del mundo, solo pudo ser noveno y Rosberg, séptimo. La escudería, que había generado gran expectación tras el fugaz, pero exitoso camino de Brawn GP, terminó en cuarta posición en la clasificación general de constructores. Posición que repetiría un año después en 2011 y que incluso empeoraría en 2012 con la quinta posición.

Pero algo cambió en 2013. Se marchó Schumacher y llegó un Lewis Hamilton peleón y con ganas de recuperar el primer puesto mundial. Fue cuarto, pero llevó a Mercedes hasta la segunda posición en el Mundial de constructores. Las victorias comenzaron a no ser una quimera, pese a que la primera de ellas había llegado en el Gran Premio de China de 2012, y batir a Red Bull se convirtió en la gran obsesión de un equipo dirigido, en la sombra, por Lauda.

La actual temporada comenzó con la retirada de Ross Brawn. El alma del equipo se marchaba para disfrutar de la pesca, pero lo hacía con las bases sólidas y la convicción de que este año iba a ser el año de las escudería. Y no se equivocó. Hamilton, con 11 victorias, así lo ha demostrado siempre bien secundado por un Nico Rosberg que ha crecido al mismo ritmo que las 'balas de plata'. Para el alemán han sido otras 5 victorias. En total, 16 triunfos certifican el aplastante dominio de Mercedes y su amenazante reinado en el futuro más inmediato. Como Fangio, no han dejado lugar para la duda.