Ferrari lidera la revolución global de la Fórmula 1

Ferrari parece dispuesto a recuperar el lugar que le corresponde por historia tanto dentro como fuera del asfalto tras años en un segundo plano. Primero fueron los cuatro títulos consecutivos de Red Bull; después, el dominio aplastante de Mercedes en un 2014 en el que la Scuderia tocó fondo.

La falta de resultados provocaron salidas ilustres. Abandonaron Maranello Stefano Domenicali como jefe de equipo de Ferrari y, poco después, el entonces presidente Luca Di Montezemolo cedió su puesto a Sergio Marchionne. Marco Mattiacci cubrió las funciones de Domenicali hasta final de temporada hasta la llegada de Maurizio Arrivabene. Y Fernando Alonso, como ya es conocido, anunció un cambio de aires tras cinco años vistiendo de rojo.

Ingenieros y mecánicos entraron y salieron de Maranello en las últimas semanas de 2014 y Sebastian Vettel se subió por primera vez al Ferrari. Suya será la responsabilidad sobre el asfalto; de Arrivabene, fuera de él. Y el italiano parece tener claro que la revolución de Ferrari debe ir más allá de Maranello. La Scuderia necesita recuperar la autoestima y, para ello, el ex directivo de Malboro se ha convertido en líder inesperado de una revolución que busca generar cambios profundos en la propia Fórmula 1.

"La Fórmula 1 tiene que ser más espectacular y creo que el riesgo de perder fans es algo que lamentablemente ya ha ocurrido", comentó recientemente un Maurizio Arrivabene que no escondió que le gustaría ver "coches que corran más por los fans. Coches que sean estéticamente más atractivos, tal vez incluso produciendo un ruedo que ponga los pelos de punta, como la producida por una banda de heavy metal". 

Cualidades que, sin duda, deben conseguirse a través de "más potencia y mayor velocidad" sin tener que implicar mayor consumo de combustible. De hecho, Arrivabene reconoce que esos cambios deberían poder realizarse sin incrementar unos gastos que, desde hace varias temporadas, se intentan reducir. Especialmente, "en aquellos componentes que son de poco interés para el público en general". 

La pérdida de aficionados preocupa notablemente al nuevo capo de Ferrari, que el Mundial necesita del público para seguir adelante. Y la fidelidad de la gente no solo se consigue con monoplazas "por encima de los 1.000 caballos", propuesta realizada por Niki Lauda y secundada por Maurizio Arrivabene. La normativa prevista para las próximas temporadas contribuirán a dicho espectáculo, pero el jefe de la Scuderia no renuncia a cambios totalmente radicales que puedan convencer a la FIA y Bernie Ecclestone.

Mercedes y Renault dan el sí

Arrivabene no está solo. Por suerte para el jefe de Ferrari tanto Mercedes como Renault parecen dispuestos a modificar sustancialmente el actual reglamento para conseguir una competición más abierta y espectacular para el futuro. "2017 sería el año ideal" para dichos cambios para Renault, que se mostró favorable a las propuestas por boca de Cyril Abiteboul. Eso sí, "Renault no se interpondría mientras los costes se mantengan bajo control".

Los actuales campeones, aun sabiendo que los cambios también están pensados para frenar su dominio, también ven bien "el reto inclusi si hablamos de motor" siempre y cuando se sea sensato. Y Honda, el recién llegado al circo de la Fórmula 1 parece ver con buenos ojos el incremento de potencia y velocidad. Los japoneses, incluso, han ido más allá al sugerir nuevas técnicas de propulsión sin combustión para un 2017 que cada vez más se vislumbra como el año del gran cambio de la Fórmula 1.