Fórmula 1

El ascenso imparable de Verstappen y la trituradora de Red Bull

Max Verstappen , promocionado como el 'nuevo Senna', jugará a partir de ahora en otra Liga. Con su ascenso, Red Bull ha querido impedir su fuga a Ferrari o Mercedes

Verstappen, hasta ahora con Sainz en Toro Rosso

Verstappen, hasta ahora con Sainz en Toro Rosso / sport

Sport.es

Red Bull esperaba que Kvyat (o Ricciardo) les diera una excusa, un simple pretexto, para materializar el ascenso de Max Verstappen, tal como ha sucedido. Por más que el error del ruso con Vettel en Sochi pueda resultar imperdonable, tarde o temprano su suerte estaba echada.

Todo estaba calculado. Verstappen tenía que satisfacer su ambición, subir del monoplaza filial de Toro Rosso al Red Bull como piloto oficial. O de lo contrario, el responsable de la cantera -y trituradora-, de talentos, Helmut Marko, corría el riesgo de perder a su 'perla', tentada por los rivales más poderosos, Ferrari y Mercedes.

Cuando en 2014, el doctor Marko certificó su apuesta por un piloto adolescente y con escasa experiencia para sentarlo al volante de un F1 de Toro Rosso, el argumento fue contundente: "Max posee un talento excepcional, que aparece una vez en muchas décadas".

En el 'júnior team' que han formado desde 2015 Verstappen y Carlos Sainz, el holandés siempre ha jugado con ventaja. Marko se ha encargado de que así fuera, aunque todo hay que decirlo, Max también ha dejado destellos de genialidad en sus apariciones.

El contrato de Verstappen expira a finales de 2017 y tal como se ha encargado de filtrar su padre y manager Jos, ex piloto de F1, tenía ofertas tentadoras, la más sonada (y clara) para vestirse de rojo y relevar a Raikkonen en Maranello. Así pues, la estrategia de Red Bull está clara: Han sacrificado a Kvyattratándole como material desechable, a fin de asegurarse que el 'nuevo Senna' se quede con ellos y no vaya a reforzar a sus adversarios.

Marko no le tiembla el pulso cuando se trata de este tipo de decisiones. En su día ya lo demostró con el despido fulminante de Jaime Alguersuari, al que había hecho debutar con 19 años y a media temporada, con un nivel de exigencia que no se correspondía a aquella situación. A Vergne le relevó por Kvyat y al ruso prácticamente le ha arrojado a los leones. Veremos cómo responde Verstappen al rol que a partir de ahora va a tener que asumir, para justificar tanta voracidad.