Recuperar a la afición

ES UNA SANGRÍA constante desde hace tiempo. Cada vez son menos los socios y aficionados que se sienten con ganas de hacer el esfuerzo de ir al Estadi a animar al equipo.

Son muchos los motivos así que no es fácil una solución rápida. Evidentemente el juego del equipo no enamora, no engancha, acostumbrados a la excelencia, este fútbol muy profesional, muy competitivo pero menos vistoso, no acaba de ilusionar. Es verdad, con lo vivido el nivel es tan alto que hasta en partidos buenos, como ha jugado este año el Barça, las críticas no destacaban en demasía el juego. Los últimos resultados no ayudan y las segundas partes frente al Valencia y la Real Sociedad son exponentes de que hay mucho margen de mejora aún, por fortuna. La ausencia de Neymar, un jugador con magia, el regreso de Messi aún sin su nivel y la suplencia pertinaz de Iniesta hacen otra parte de la desazón mayoritaria. Cualquier momento de ellos invita a ir al campo pero esta temporada por unas razones u otras no han tenido continuidad.

El famoso caso de los niños acompañantes y la complicada logística para llevar a tu hijo o familiar han frenado a muchos y le han quitado alegría a la grada.

Los intempestivos horarios, tardíos e inaceptables para gentes que laboran o que tienen que regresar a las comarcas de Girona , Lleida o Tarragona cerca de las 2 de la madrugada en el mejor de los casos. A veces el desorbitado precio de las entradas para partidos en los que sería más importante el apoyo del público que unos miles de euros más de recaudación, como los 169 euros de la tribuna para un Barcelona-R.Sociedad a las 10 de la noche televisado en abierto, un 5 de febrero. 

Son variados e importantes los motivos que nos conducen a esos 38.505 aficionados, cifra de la vergüenza del miércoles. Rosell dijo que no permitirían partidos a las diez de la noche. Pues no le hicieron caso. Los clubes han vendido su alma al “diablo futbolistico” generando “ pan para hoy, hambre para mañana”. He tenido que escuchar a importantes directivos decir que el dinero que se genera en los clubes por los socios ya no es lo más importante y cada vez tiene menos peso en los clubes. Error, grave error, el Barcelona, es lo que ha conseguido ser gracias al alma de una afición que le ha convertido en un referente Mundial. Una afición inquebrantable con su barcelonismo pero al que siempre se le exige y no siempre se le da.

Los primeros que deben reflexionar son los directivos, si el propio Freixa en un ejercicio de sinceridad reconoce que el equipo no da motivo para la celebración, ¿ que puedes pedir a los demás?. 

Los jugadores y el cuerpo técnico. Esta temporada empieza a tener más claros que oscuros tras un Enero decepcionante. Espero que con la recuperación física de Messi, Neymar e Iniesta regresará la alegría y el Estadi volverá a vibrar. Mucho le ha dado este equipo al club, esta generación al club y aún puede darlo.  Pero que nadie, y mucho menos jugadores profesionales que reciben millonarios sueldos jueguen o no, jueguen bien o mal, den lecciones a gentes que han soportado el club y momentos y situaciones muy delicadas. El público volverá y seguirá apoyando como ha hecho desde hace más de cien años y ya no estará Dani Alves dando lecciones de buenos o malos aficionados y repartiendo carnets de culés buenos y malos.