El puto amo del fútbol

300 GOLES. Hay muchas posibilidades de que esta noche Leo Messi marque su gol número 300 con la camiseta del Barça. Concretamente, un 82 por ciento de posibilidades, puesto que su porcentaje es de 0,82 goles por partido. Una barbaridad.

En cualquier caso, sea en Granada, en Milán o contra el Madrid en el Camp Nou o en el Bernabéu, que yo creo que ya llegará a los clásicos con el 3 delante, lo trascendente es que una gran mayoría de esos goles han tenido un valor importantísimo para el Barcelona. Goles emblemáticos y que han valido títulos, golazos muchos de ellos, puesto que cualquier acción de Leo es un canto a la belleza. Curiosamente, empero, el gol que todo el mundo tiene marcado en la retina no sirvió para que el Barça se clasificara para la final de la Copa 2007. Aquella resurrección momentánea de Maradona en el Camp Nou fue efímera, pues después aquel Barça, que todavía no era este, igual que Messi, cayó estrepitosamente en Getafe.

De los que sí valen su peso en oro me quedo con dos. El que marcó con el pecho en la final del Mundial de Clubs del 2009 que dio al Barça un título que aún no tenía. Fue emblemático a más no poder, con el escudo y en el minuto 110... los años de historia que acababa de cumplir el club. El destino no podía hacer mejor guiño ni a Leo ni al Barça. El otro gol, golazo, por cierto, es el del Bernabéu en la semifinal de la Champions 2011. El Barça venía de perder la Copa con el Madrid y el día antes Guardiola había dado el mejor discurso de su vida en la rueda de prensa en la que puso a Mourinho en su sitio: “Aquí eres el puto amo,” le dijo, “nosotros solo aspiramos a ganar en el campo”. Aquellas palabras cambiaron el signo de la temporada. Los jugadores aplaudieron a su entrenador a su regreso al hotel y en el campo dieron un baño al Madrid. Messi marcó los dos goles, el segundo en un slalom genial. Desde entonces, y para siempre, será el puto amo del fútbol.