Obradovic agranda su leyenda llevando al Fenerbahçe a la gloria

El Fenerbahçe tocó la gloria europea conquistando el máximo cetro continental a costa del Olympiacos

El Fenerbahçe tocó la gloria europea conquistando el máximo cetro continental a costa del Olympiacos / AFP

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

Zeljko Obradovic engrandeció aún más su leyenda al conquistar su novena Euroliga como entrenador. Un entorchado que supone el primero del Fenerbahçe y del baloncesto otomano y el quinto club distinto con el que lo consigue el técnico serbio.

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EUROLIGA/FINAL FOUR

80
64
Alineaciones
FENERBAHÇE
(26+13+21+20): Dixon (8), Kalinic (17), Bogdanovic (17), Vesely (8) y Udoh (10) -equipo inicial-, Sloukas (3), Nunnally (2), Antic (4), Bennett, Nahmutoglu, Duverioglu y Datome (11).
OLYMPIACOS
(18+14+14+18): Spanoulis (9), Birch (14), Printezis (7), Papanikolaou (3) y Mantzaris (9) -equipo inicial-, Milutinov (10), Green (7), Waters (2), Young, Toliopoulos (3), Papapetrou y Agravanis.

Obradovic, recordemos, estrenó su palmarés en la máxima competición continental dirigiendo al Partizan de Belgrado en 1992, repitió en el 94 con el Joventut de Badalona y en el 95 con el Real Madrid. Los cinco siguientes trofeos los sumó al frente del Panathinaikos ateniense en los años 2000, 2002, 2007, 2009 y 2011.

Y este domingo, el técnico nacido en Cacak (Serbia) hace 57 años, condujo a la gloria al Fenerbahçe y lo hizo al amparo mayoritario de la afición de Estambul que convirtió el ‘Sinan Erdem’ en una olla a presión. Una afición que vivió su particular éxtasis tras una final en la que el Fenerbahçe logró acabar demoliendo a los ‘guerreros’ del Pireo. El Olympiacos de Spanoulis que, fiel a sus señas de identidad como colectivo, peleó durante muchos minutos pero al final se tuvo que rendir a la evidencia.

A la postre, el Fenerbahçe mostró más argumentos individuales y como grupo. Primero Kalinic, luego Bogdanovic y para rematar Datome ejercieron de estiletes. Y siempre la omnipresencia de Udoh, que sembró el terror en la pintura con su intimidación.

El Fenerbahçe ejerció de martillo pilón, aunque el Olympiacos -en el día que Spanoulis anduvo lejos de su mejor versión- supo en principio responder a todos y acada uno de los golpes de su rival (39-34 al descanso).

La batalla sin cuartel en las dos zonas en la que se había convertido la final tuvo un punto de incertidumbre hasta los inicios del tercer cuarto. Aquí el Fenerbahçe subió un peldaño más su intensidad y el Olympiacos, que nunca había escondido la cara, comenzó a perder argumentos (60-48).Y el último período, el Fenerbahçe lo convirtió en un divertimento ante el éxtasis de la marea de aficionados otomanos.

Turquía ya puede presumir que uno de sus equipos ha conquistado la gloria europea. Todo por obra y gracia de un técnico sinónimo de éxitos: Zeljko Obradovic. El rey indiscutible de Europa.