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El rocambolesco periplo de la senyera de Xavi

El mensaje de la bandera que sacó a relucir el azulgrana no era suyo, sino del hombre que se la dejó

Redacción

Detrás de cada gran escenario siempre queda alguna anécdota singular, y la final de Kiev no fue ninguna excepción. En este caso, la historia tuvo como protagonista a la senyera que Xavi Hernández se colgó al cuello durante la celebración del título y en la que podían leerse distintos nombres.

Tradicionalmente, los hermanos del centrocampista del Barça son los encargados de llevar la cuatribarrada a esta clase de citas. Así sucedió en la final del Mundial 2010 de Sudáfrica, donde Xavi y Puyol sacaron a relucir una bandera que había traído consigo Ariadna, la hermana pequeña del egarense. Sin embargo, no fue el caso de la senyera mostrada el pasado domingo, pues su llegada a las manos de Xavi roza lo surrealista.

Los padres del crack del Barça, Joaquim y Maria Mercè, viajaron junto a doce amigos del jugador para asistir a la final, aunque sus hermanos se ausentaron. El grupo tomó el sábado por la noche un AVE desde Barcelona a Madrid para poder coger un vuelo charter hacia Kiev el domingo a primera hora. Cuando se encontraban en Madrid, se dieron cuenta de que no habían cogido ninguna bandera catalana y empezaron a buscar una a la desesperada. Lo intentaron sin éxito en el aeropuerto de Barajas, donde encontrar cualquier símbolo catalanista puede convertirse en una misión quimérica. De llegada a tierras ucranianas, la comitiva barrió las inmediaciones del Olímpico de Kiev para encontrarla, pero las paradas establecidas alrededor del coliseo solo vendían banderas españolas e italianas. Poco antes de que el espectáculo diese inicio, cuando sus esperanzas ya eran mínimas, vieron a un hombre con una senyera en la espalda y le pidieron por favor que se la prestara. Pese a su reticencia inicial, resultó que el individuo era natural de Terrassa y conocía a uno de los amigos de Xavi. Aceptó dejársela a la familia Hernández con la única condición de que una vez finalizado el partido, se la devolvieran. Y así sucedió. Las letras que podían verse en la bandera que lució el jugador pertenecían a los sobrinos y familia del aficionado que, por un día, echó un cable a Xavi.