Eurocopa 2016

Piqué, el líder que retrata a media España

Piqué volvió a salvarse de la quema ante Italia tanto por su rendimiento sobre el terreno de juego como por dar la cara tras la eliminación. Su actuación deja sin argumentos a aquellos que han cargado contra él de forma sistemática

Alfonso Callejas (París)

Ni siquiera la disputa de la Eurocopa le concedió una tregua durante algunas semanas. Gerard Piqué tuvo que marcharse a tierras francesas a primeros de mes escuchando los últimos pitos de su propia afición. Una situación plenamente surrealista que no tiene réplica en ningún otro combinado.

Para desgracia de sus detractores -que no son pocos-, el central del Barcelona ha sabido sobreponerse a las críticas más feroces sentando cátedra tanto dentro del terreno de juego como fuera de él. Todo ello sabiendo capear con maestría nuevas campañas de todo tipo contra su persona. Ni siquiera su providencial gol ante la República Checa en la primera jornada sirvió para calmar los ánimos de determinados sectores de prensa y afición que cargaron contra él ante la más mínima oportunidad. Algunos, incluso, quisieron ver en su celebración con mirada desafiante una falta de respeto a los aficionados desplazados a  Toulouse. De locos.

Especialmente sonrojante resultó el episodio de la peineta de la discordia en Burdeos mientras los jugadores de la Roja escuchaban los acordes del himno nacional español. Una polémica esperpéntica cargada de malas intenciones que el propio central se encargó de desmentir a la conclusión del choque, en caliente, emitiendo, además, un mensaje de unidad ante el complejo reto de octavos que asomaba en el horizonte. Un gesto profundamente elogiado por el cuerpo técnico encabezado por Vicente del Bosque y Toni Grande.

Lejos de caer en la trampa, Piqué se ha limitado a cerrar bocas a base de buenas actuaciones, entrega, compromiso y un derroche de autocrítica cuando la ocasión así lo requería. En su discurso jamás hubieron fisuras, como tampoco las hubo sobre el césped. Lejos de la bula de la que ha dispuesto Sergio Ramos a lo largo de toda la competición pese a su discreto papel, Piqué ha pasado un examen tras otro y lo ha hecho siempre con nota, liderando la zaga y corrigiendo los errores de su compañero.

Sus duelos titánicos con los mejores delanteros o sus heridas de guerra en Sudáfrica no habían bastado. Medio país se había plegado ante la corriente crítica que ha buscado desestabilizar a Piqué desde hace un año satanizando su celebración del triplete y su postura a favor del derecho a decidir del pueblo catalán. Tras el batacazo en octavos, Piqué dio su última lección al analizar la derrota con todo detalle. Un método muy noble de retratar a todos aquellos que han ido a por él.