eurocopa 2016: italia - españa

España apela al orgullo de campeón

El tropiezo ante Croacia ya es historia y España quiere recuperar su etiqueta de gran favorita ante una Italia muy competitiva que cuenta con un plan 

Iniesta y Pqiué celebran el gol ante la República Checa

Iniesta y Pqiué celebran el gol ante la República Checa / sport

Enviados especiales

La selección española llegó a París con su confianza nuevamente disparada. El equipo ha borrado de su mente la derrota ante Croacia y se agarra al crédito demostrado con la conquista de las dos últimas Eurocopas para demostrar que Italia no les asusta. El pasado y el espíritu competitivo juega a su favor y también las dosis de buen juego de las dos primeras jornadas. España tiene motivos para confiar en el pase para los cuartos de final, aunque Italia ha exhibido un estilo defensivo que en realidad es un plan de choque contra la idea de la Roja. Vicente del Bosque preparó el partido en Saint Martin de Ré y volvió a esconder sus cartas. Al técnico le gusta mezclar titulares y suplentes en la previa. No da pistas para mantener a sus hombres en tensión y no dar ventaja a los italianos, pero los indicios apuntan a que no habrá cambios. Del Bosque ha jugado con el mismo once los tres primeros partidos y en el cuarto, tras seis días de descanso, los indicios son de que mantendrá su esqueleto, respetando el tradicional dibujo de la 4-3-3 con el que hacer frente al ya clásico 3-5-2 por el que aboga Antonio Conte. Una apuesta sólida en defensa que no limita el potencial ofensivo en los últimos metros al mantener a dos puntas en liza. 

El propio Vicente del Bosque no dudó en ensalzar las virtudes del sistema aplicado por su homólogo italiano. “Nos enfrentamos a un equipo muy sólido, que domina la parte defensiva, pero también tiene peligro en ataque”, explicó el salmantino haciendo hincapié en que la ‘Azzurra’ “domina las dos áreas”. El seleccionador destacó la importancia de poblar el mediocampo para hacer frente a la densa línea de cinco centrocampistas italianos, aunque remarcó que todo el once debe ser solidario y hacer gala de su compromiso en el trabajo en equipo. “Hay que hacer la cosas bien y todos los jugadores son importantes, no solo los centrocampistas”, recordó. El plan de los transalpinos, de hecho, no cambiará la hoja de ruta dispuesta por Del Bosque. El 4-3-3 es innegociable y todo lo que no sea apostar por el ‘once tipo’ de la fase de grupos resultaría una sorpresa considerable. El seleccionador, que se cubrió las espaldas al afirmar que se encuentran “al mismo nivel de favoritismo que Italia”, admitió que el rival “tiene una forma de juego especial” y que la Roja debe tener “orden y talento para superarlos”. En ese sentido, el técnico admitió que en el pasado ya tuvieron problemas ante defensas con tres centrales, caso de Holanda y Chile en el Mundial de Brasil, pero hizo gala de su optimismo al confiar en poner en apuros a la defensa transalpina. “Espero que nosotros también hagamos daño”, aseguró un seleccionador que, además, no declinó el gran protagonismo que asumirá Álvaro Morata en su reencuentro con sus amigos de la Juventus: “Ha pasado un proceso de formación y ahora debe tener la regularidad de los grandes. Confiamos muchísimo en él”. De sus botas dependerá buena parte del ansiado éxito de La Roja.