Un baño de realidad para la selección española

La selección española debe reflexionar de cara a intentar lograr el bronce

La selección española debe reflexionar de cara a intentar lograr el bronce / EFE

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

Este viernes tocó jornada de reflexión para la selección española en Estambul. Sergio Scariolo decidió no planificar ninguna sesión preparatoria para que sus jugadores pudieran asimilar el duro varapalo ante Eslovenia que privó a España de la posibilidad de intentar revalidar el oro en el Eurobasket. La Eslovenia de Doncic hizo añicos las previsiones de un colectivo que partía con todos los predicamentos, a priori, para disputar la gran final que los eslovenos dirimirán, finalmente, ante Serbia.  Pero, es evidente, que toda consecuencia implica una causa. Y el ‘batacazo’ hispano las tiene.

1-Incapacidad para revertir el escenario de partido

España, hasta este duelo de semifinales y en anteriores campeonatos, se había caracterizado por su capacidad camaleónica de acabar llevando los partidos al escenario que más le convenía. Ante Eslovenia fue todo lo contrario. Desde el salto inicial y salvo momentos muy puntuales, los de Scariolo, literalmente, debieron amoldarse al tipo de partido que proponía el rival: choque de ida vuelta, velocidad. Una especie de ‘run&gun’ y con acierto. Claro está  que permitiendo que el rival capture los mismos rebotes (35), perdiendo 5 balones más (13 por 8) y dando ocho asistencias menos (15 por 23) no podía aspirar España, como así fue, a llevar en ningún momento la manija del encuentro. Y cuando siempre estás nadando contracorriente, al final te desplomas.

2-Falta de referentes fiables en el juego exterior

Hasta este partido, un día Ricky, otro Sergio Rodríguez o San Emeterio habían ido sumando desde el perímetro. Pero en este duelo de ‘semis’ nadie pudo tirar del carro. Las ausencias de Llull y Abrines quizás se echaron en falta más de la cuenta. Sabido era que la activa defensa eslovena se iba a cerrar sobre los hermanos Gasol y que la única manera de aliviar el ‘tráfico’ en la zona era amenazar con consistencia desde los 6,75. El resultado final ya lo saben: 7 de 27 triples, algunos de ellos tiros librados. ¿Obcecación? ¿Presión? Sea como fuere ahí está el desenlace. 

3-la compatibilidad de los Gasol al unísono

Vista la estructura final del plantel de cara al Eurobasket, la gran apuesta fueron los hermanos Gasol. Dos interiores determinantes, capaces de amenazar desde fuera y con visión de juego privilegiada. No obstante, ante Eslovenia y la defensa que puso en pista se vio que compatibilizar ambos roles a nivel táctico al unísono en la cancha no es fácil. Marc, en este torneo realizó un esfuerzo para adaptarse a posiciones más exteriores. Ante Alemania lo bordó en este sentido (4 de 6 triples) pero Eslovenia lo supo ‘desconectar’. Marc necesita encontrar en la selección un rol jerárquico similar al que tiene en los Grizzlies. En este sentido quizá se echó en falta el papel de un ‘cuatro’ abierto que amenazara desde fuera con solidez. Un papel que desempeño, por ejemplo, hace dos años en Lille, Nikola Mirotic.

4-La entelequia del ‘pick&roll’ esloveno

Se sabía que Eslovenia practica un baloncesto sencillo pero tremendamente efectivo basado en la velocidad. Alto ritmo de circulación de balón y sacar partido del ‘pick&roll’ de toda la vida bien para penetrar o bien para doblar balones para triples francos. Y España jamás encontró el antídoto empezando por que perdió 6 balones más que su rival (13 por 7) lo que permitió las rápidas transiciones eslovenas. A partir de ahí comenzó el calvario porque si el contrario logra un 56% de efectividad en los triples (14 de 25), los problemas se acumulan. Y más si puede repartir las ya comentadas 23 asistencias. Una vía de agua que Scariolo no pudo taponar. Su apuesta por una zona para intentar cambiar la dinámica ya llegó tarde.

5-Intentar seguir en la senda de las medallas

Sea como fuere ‘lo’ de Eslovenia ya no tiene remedio y los jugadores españoles deberán lamer sus heridas con rapidez por que aún queda un premio en juego. No la posibilidad de luchar por el oro pero sí por el bronce ante Rusia. El lograrlo significaría la decimotercera medalla para España en un Eurobasket y la sexta consecutiva. Desde que en 2007, el conjunto español logró la plata no ha vuelto a bajarse del podio. Un objetivo que no es baladí para dar carpetazo al torneo.