ESQUÍ

Personalización de las botas, a esquiar con buen pie

Muchos esquiadores tienen problemas con las botas. Existen más soluciones de lo que se puede imaginar, aunque lo primero es elegir bien

Elegir la bota es básico

Elegir bien la talla, conocer la horma y el tipo de empeine, además de la dureza es decisivo / sport

Sergi Mejías

Las botas son el elemento más personal del equipo de esquí. Disponer de un calzado cómodo pero que a la vez sujete el pie y nos permita transmitir las órdenes al esquí con precisión resulta básico, pero no siempre se cumplen estas premisas.

Un estudio de la ‘Deutscher Skiverband’ (DSV–Asociación de Esquiadores de Alemania) ha desvelado que más de la mitad de los esquiadores sufren con las botas de esquí. Los fabricantes de material cada vez ofrecen mejores soluciones con el calzado customizable aunque el primer paso es saber qué botas nos hace falta.

“Elegir bien la talla, conocer la horma y el tipo de empeine, además de la dureza de la bota son los puntos de reflexión al comprar una bota; lo menos importante es el color”, apunta Xavier Samper, gerente de las tiendas Esports Iglú y Esports Aribau 35 de Barcelona.

A partir de aquí, la particular morfología de los pies puede ser el origen de diversos problemas, la mayoría con solución. Si el pie del esquiador no llena el volumen de la bota se pueden colocar ‘pads’ (acolchado adhesivo) entre el botín y la carcasa para lograr una mejor sujección.

El 50 % del confort llega por el apoyo plantar ya que se aprovecha toda la planta del pie para conducir el esquí; aquí unas plantillas hechas a media resultan vitales, además son para toda la vida y nos sirven aunque cambiemos de bota.

Otro detalle es que tanto el botín como la carcasa se puedan termoformar, donde Atomic, Salomon y Fischer son una referencia, y así contar con una bota personalizada nada más salir de la tienda.

La experiencia de establecimientos como Esports L’Iglu les permite ofrecer soluciones a problemas como una maléolo prominente donde “ganamos espacio rebajando el botín por la zona del tobillo”, apunta Samper. Otra solución es cortar verticalmente la lengüeta del botín para que se adapte mejor a la espinilla del esquiador, otra zona que suele traer problemas.

Esta temporada ha llegado a la Península y Andorra la primera máquina Scan3D, para escanear el pie y ayudar a encontrar la bota que mejor se adapte morfológicamente a cada esquiador y qué posterior customización se precisará según la anatomía del pie.