james pudo ser perico

Unos avales bancarios dejaron al Espanyol sin James

El máximo goleador del Mundial estuvo casi firmado por el Espanyol. Con todo pactado, el club prefirió venderlo al Oporto por seguridad económica

Lluís Miguelsanz

Era finales del 2009 cuando en las oficinas de la ciudad deportiva de Sant Adrià comenzó a apuntarse un nombre con letras mayúsculas. El ojeador en Argentina del club había recomendado a un joven colombiano de 18 años llamado James Rodríguez. Un futbolista que apuntaba maneras y que encandiló al entonces director deportivo del club, Ramon Planes. A partir de ese momento comenzó a fraguarse una operación que estuvo muy cerca de vestir al ahora máximo goleador del Mundial de blanquiazul. “Solo faltó la firma. Estaba todo casi pactado. Estuvo muy, muy cerca de fichar”, aseguran fuentes espanyolistas.

La decisión de fichar a James Rodríguez se tomó a principios del 2010. “Nos hablaron de él y era casi desconocido porque en Banfield jugaba poco. La verdad es que nos costó verlo en directo, aunque le hicimos un seguimiento. Hablé con el entrenador de Banfield, Falcioni, y me dijo que era un futbolista diferente a todos. Que no jugaba porque era joven, pero que iba a ser un crack. Tras esa conversación y por lo que habíamos visto, decidimos ficharle”, explica Ramon Planes.

El propio Planes se encargó de convencer al jugador y a su representante. El Espanyol podía ser su salto perfecto a Europa porque iba a jugar de titular. Incluso, el técnico de entonces, Mauricio Pochettino, llegó a hablar con el chico. Y James lo tenía claro. El colombiano ni siquiera se inmutó con una oferta del Udinese esperando su destino blanquiazul. Y es que James Rodríguez siempre había soñado jugar en España. 

El Espanyol pactó el contrato con el jugador y comenzó a hablar con Banfield, propietario de sus derechos. Para poder afrontar la operación, el club tuvo que echar mano de sus máximos accionistas en busca de liquidez y se ofertaron dos millones de euros por el cincuenta por ciento del pase. Banfield dijo que no.

Finalmente, el Espanyol decidió apostarlo todo con una oferta de cinco millones y medio de euros. Y el presidente de Banfield, Carlos Portell, acabó aceptando. Había fumata blanca y se filtró el nombre y, a partir de ahí, se complicó todo. Entró en liza el Benfica, con una oferta superior y, luego el Oporto. El Banfield mantuvo la palabra e iba a vender a James al Espanyol, pero no se aceptaron las condiciones. Daniel Sánchez Llibre llegó a hablar con la gente de Banfield, pero no aceptaron el cobro a plazos porque no aceptaban los avales. “El Oporto llegó y lo firmó en 24 horas. Nos dejaron sin opción”, explica Planes. Años más tarde se vieron en el torneo de Toulon. Planes y Pochettino le esperaron al salir de los vestuario. Se conocieron ahí tras haber hablado mucho por teléfono y el jugador les aseguró que “me hubiese gustado fichar”. Ahora es uno de los mejores del mundo.