Las posturas se distancian peligrosamente

La renovación de Kiko Casilla, estancada

En agosto se decía que era la negociación más avanzada... Más de medio año después, el acuerdo sigue sin concretarse

Germán Bona

Lo que parecía una negociación sencilla se está eternizando. Ya es muy aventurado decir que la renovación de Kiko Casilla por el Espanyol está al caer, aunque en el mundo del fútbol todo puede pasar.

Lo cierto es que después de haber avanzado mucho desde que se empezó a hablar, hacia el verano pasado, en la últimas semanas han quedado estancadas las negociaciones por los flecos finales. Casilla, con contrato hasta 2015, debía haber estampado ya su firma para las próximas tres temporadas y todo estaba a punto, pero las declaraciones tanto del club como del guardameta en las últimas horas han enfriado el asunto y la brecha corre peligro de hacerse más grande. 

Desde la entidad, a través de su consejero en el área deportiva, Iñaki Pérez, trasladan toda la responsabilidad de no haber llegado a un acuerdo todavía a la parte del futbolista, aduciendo que se han descolgado con una petición imposible: rebajar desde el primer momento la cláusula de rescisión que, recordemos, en la actualidad es de 20 millones de euros.

Consideran que no es “lógico” renovar a alguien por tres temporadas y que tenga una cláusula menor que la actual, y temen que sea una estrategia para obtener una venta más fácil que, además, dejaría a la entidad blanquiazul con muy poco beneficio. Y es que la mitad de lo ingresado pasaría a ser del Real Madrid tras el acuerdo al que llegaron ambos clubs cuando el de Alcover fichó por el Espanyol.

EL PROBLEMA

Y ahí radica realmente el problema para Casilla, que no entiende cómo el club todavía no se ha conseguido liberar de esta cláusula que pusieron los blancos en su día y que se mantiene después de tantos años como blanquiazul. Kiko la considera “un gol” recibido por el Espanyol, una “injusticia” que ahora se ha convertido en una incómoda traba en todo el proceso de negociación por su renovación.

Casilla ya dijo tras el partido contra el Levante que esta imposición del Madrid perjudica sobre todo al Espanyol. Y es que los blanquiazules tienen muy poco margen económico en caso de una venta y de ahí, posiblemente, la intransigencia que evidenció la entidad, en las palabras del consejero Iñaki, a negarse a rebajar la cláusula de rescisión del tarraconense.

De ahí que Casilla conminara al club a que “luche” por negociar con el Madrid la desaparición de este porcentaje, algo que para él también supondría la demostración de que el Espanyol lo quiere de verdad. Aunque se trata de una negociación para la renovación del guardameta, la sombra de una futura venta está presente, aunque desde el club tengan otros objetivos prioritarios para hacer caja y Kiko reitere, y lo hace de corazón, que su ilusión es seguir vistiendo de blanquiazul. El meta insiste, lo volvió a hacer tras el partido del sábado, en que está muy tranquilo “porque tengo contrato hasta el 2015 y eso me garantiza seguir aquí la próxima temporada”.

SE DILATA

Pero lo cierto es que pasan los días y la que tenía que ser la primera renovación sigue sin llegar. Ya por el mes de agosto el director deportivo, Óscar Perarnau, dijo que de todas las que había pendientes, la continuidad de Casilla era la mejor encaminada y en Navidades, Collet lo daba por prácticamente hecho.

Ahora, aunque unos lo declaran intransferible y los otros dicen que no se quieren mover de aquí, los problemas que impiden la firma final llegan en aspectos relacionados con una futura venta, es decir, la cláusula de rescisión y el porcentaje del Madrid. La lógica indica que debe haber acuerdo, pero ahora mismo está estancado.