Se cree que el problema no está en el banquillo

Plena confianza en el Espanyol en Sergio

No son días fáciles y la preocupación es lógica, pero en la entidad se detecta que el problema no está en el banquillo

El Espanyol confía en Sergio González

El Espanyol confía en Sergio González / sport

Germán Bona

El Espanyol atraviesa su peor momento de la temporada con Sergio González de entrenador. De eso no hay duda. Dos puntos de los últimos 15 en juego, fruto de dos empates en casa y la sensación de que sobre todo lejos de Cornellà-El Prat hay muchísimo por mejorar. Pero el mismo cuerpo técnico que supo salir de la ‘minicrisis’ que se vivió a principios de temporada será el mismo que ahora también, en ello se confía, podrá dejar atrás este segundo momento delicado. Es parte del aprendizaje y la apuesta por el entrenador se mantendrá. Lógicamente, hay una preocupación en el club, a nadie se le escapa que la zona de descenso está demasiado cerca, pero que nadie espere medidas drásticas. La confianza en Sergio es máxima y va más allá del próximo partido, el del sábado frente al Levante, que muchos en el entorno ya han calificado como de auténtica final.

Importante, sí, pero decisivo para la suerte del joven entrenador, no. No hay ningún ultimátum para el de L’Hospitalet porque se le considera capacitado para salir de esta situación. Y también porque desde la entidad se detecta que el principal problema no está en el banquillo. Sergio es un hombre de club, que debuta como técnico profesional pero con una carrera envidiable como futbolista, que le ha permitido estar en vestuarios donde se han superado momentos delicados. Tiene la base, la preparación, cuenta con una plantilla cuyos referentes están a muerte con él y entre todos deben levantarlo.

Los jugadores son conscientes de que a ellos les toca cerrar filas y acabar con los debates. Y esto solo llegará con victorias. Trabajar sabiendo que la confianza del club con el técnico es real y que habrá margen les debe dar tranquilidad para no jugar atenazados las próximas jornadas. Hay técnico y plantilla para salir de esta.

Y así es como afrontará el equipo el encuentro del sábado, en el que la afición también debe jugar un papel importante de apoyo. Muchos fueron los que celebraron la designación de Sergio como entrenador, porque recordaban con cariño su etapa como futbolista y los que se acercan a Sant Adrià para ver al filial, comprobaron también su metodología y capacidad para salir de malas rachas. El ‘B’ no andaba fino, hubo cambio de primer entrenador y Sergio lo dejó a final de temporada en una zona tranquila. Todo esto no cae en saco roto. Es cierto que la Primera División es otro mundo, pero también que este equipo no ha tenido fortuna. Con cuatro puntos más si Málaga y Depor no hubieran empatado injustamente, ahora las cosas se verían de otra forma y, quizás, el problema solo estaría acotado a los desplazamientos. En Bilbao se jugó muy mal. Como en Elche. Cierto. Pero hay tiempo para reaccionar y será con Sergio González en el banquillo. Así lo quiere el club.