palabra de director

La única hegemonía es azulgrana

Leo Messi celebró el título

Leo Messi celebró el título / sport

ERNEST FOLCH

Cada Liga tiene su épica: la del Barça 2015-2016 ha sido, sin duda, volverla a ganar cuando ya la había ganado una vez. En plena caída libre, supo respirar hondo, y volver a despegar hacia arriba cuando parecía que iba a estrellarse. Justo antes de de-satarse la euforia lógica y merecida, el barcelonismo acogió ayer la victoria con una primera sensación de profundo alivio, porque se logró evitar una derrota que hubiera sido insoportable. Tras el primer desahogo, se desató la felicidad, consciente como ha sido todo el mundo de que esta Liga pasará a la historia como una de las más sufridas, sudadas y trabajadas que se recuerdan. Es el destino del Barça, un club donde nada sucede nunca de manera aburrida ni previsible. Fiel a una tradición ancestral, el equipo se complicó la vida él solo. Cuando se encontraba en el cénit de su fútbol y divisaba ganar la Liga con una comodidad insultante en el mes de abril, se encontró de bruces con la muerte de Cruyff, que coincidió a la vez con un parón de selecciones que resultó ser fatal. El ‘shock’ emocional y deportivo empezó en el clásico y llegó hasta el Valencia: se llevó una Champions por delante, pero se ha llegado a tiempo de salvar una Liga que, a pesar de lo que digan altavoces interesados, vale su peso en oro. Y es que estos días veremos cosas que nunca habríamos imaginado: en lugar de destacar que el Madrid ha perdido la Liga, se venderán como una proeza los 14 minutos  anecdóticos en los que fue campeón

 durante la tarde de ayer. Veremos cómo se pasará de puntillas sobre las 8 Ligas de Messi comparadas con la única Liga que ha ganado Cristiano en el mismo período. Y ya estamos asistiendo en directo a una devaluación de la Liga en favor de la Champions por el entorno del equipo que la ha conquistado 32 veces. Se pueden hacer todos los funambulismos periodísticos que se quieran, pero nada podrá tapar la única y sencilla verdad: en el fútbol español y mundial prevalece hoy una hegemonía azulgrana indiscutible, que se perpetúa, desde el momento en que el Cruyff entrenador aterrizó en tierra azulgrana, de generación en generación, de entrenador a entrenador y de presidente a presidente. Por mucho que se intente infructuosamente reescribir la Historia, el siglo XXI es de un club llamado Barça y de un jugador llamado Messi.