PALABRA DE DIRECTOR

Test de estrés en la defensa

Piqué estará tres semanas de baja; Jordi Alba, dos. Malas noticias para Luis Enrique Martínez...

Piqué estará tres semanas de baja; Jordi Alba, dos. Malas noticias para Luis Enrique Martínez... / sport

ERNEST FOLCH

Los grandes partidos dejan tras de sí un reguero de consecuencias. El Barça-City se terminó el miércoles por la noche, pero hoy sigue jugándose todavía en muchos frentes. Porque sirvió para medir fuerzas y someter las ideas y los jugadores a un auténtico test de estrés. El Barça fue obligado a una máxima exigencia desde el concepto mismo de su juego porque el City planteó el partido para discutirle de verdad el dominio del juego. Pero donde el test fue más duro fue en defensa, donde el equipo tuvo que reponerse a las lesiones de Piqué y Alba, que por separado ya serían graves, pero que encadenadas en pocos minutos tenían casi un aire de tragedia. La prueba imprevista sirvió en primer lugar para calibrar las nuevas incorporaciones: Umtiti de titular y Digne en el minuto 9 se enfrentaron esta vez sin protección a minutos de verdad reservados solo para titulares, y su rendimiento fue excelente. Mascherano estuvo a un nivel superior al que había mostrado en el inicio de temporada, confirmando una vez más que se crece ante la adversidad. El único lunar fue una flojísima actuación de Mathieu, que se fue hundiendo progresivamente hasta autoexpulsarse, por suerte cuando el partido ya estaba resuelto, pero volvió a dejar la sensación de ser el único jugador del Barça que no se somete a las leyes de la meritocracia. Aun así, el balance de la línea defensiva se salda con una nota muy alta porque reafirmó la idea de que los dos fichajes fueron un acierto y de que Luis Enrique ha sabido sobreponerse a cada dificultad que se ha encontrado en el camino: sin Sergi Roberto de inicio y sin Piqué y Jordi Alba en medio del partido, el entrenador azulgrana tuvo el enorme mérito de soldar su defensa en un partido clave. Esta buena gestión ha permitido dar un buen mensaje a la clase media de la plantilla que, a excepción de Aleix Vidal, siente que este año tiene opciones reales de jugar, y además permite afrontar con confianza otro difícil test, ya a la vuelta de la esquina, como el de Mestalla. Queda claro que la defensa superó con éxito un duro test de estrés y queda claro también que Luis Enrique tiene el enorme mérito de lograr mantener siempre en lo más alto el nivel competitivo de la plantilla. Una vez más, el equipo se vio ante una situación de peligro y, en lugar de arrugarse, se creció.