PALABRA DE DIRECTOR

Messi, objetivo de francotiradores

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Ernest Folch

Messi es por definición material altamente sensible para el barcelonismo, y por ello es el objetivo soñado de los francotiradores. Lo atacan, muy a menudo, los que quieren hacerle daño al Barça, puesto que es su piedra angular y pieza más codiciada: puede cambiarse de entrenador, pueden caer presidentes, pueden irse delanteros de renombre mundial, pueden triunfar o fracasar jugadores, e incluso el club puede quedarse un año sin fichar, que si está Messi el Barça termina por sobrevivir. Es decir, que Leo no es solo el que asegura las victorias sino el que garantiza algo mucho más preciado: la estabilidad. La consecuencia es que se convierte, día sí y otro también, en el objetivo predilecto de los que quieren poner fin a la actual hegemonía azulgrana. El último episodio ha sido una información según la cual Messi le comunicó al Barça en julio su intención de no renovar el contrato. Dicho así, era una noticia-bomba y otro mísil al corazón del club. Pero en realidad no era más que una interpretación interesada del silencio del jugador: efectivamente Messi prefiere esperar, no tiene prisa y cree que el asunto de la renovación hay que meditarlo con calma. Entre otras cosas porque, esto es cierto, se ha sentido perseguido por la justicia y como es lógico quiere estar seguro de que nunca más va a repetirse el acoso judicial al que fue sometido. Pero de ahí a decir que ya le ha comunicado al Barça su intención de renovar va un abismo, que es exactamente el que separa la media mentira de la sencilla realidad. Hay quien confunde los deseos con la realidad, y por mucho que se quiera a Messi fuera del Barça, de momento no hay ni un argumento de peso para pensar que va a dejarlo. Primero, porque Leo lleva media vida, desde que era un cadete, sin querer oír ni una sola oferta que no sea la de renovación del propio club. Y además porque todavía no hay un equipo que pueda seducirle con un proyecto deportivo mejor que el del Barça. Como es lógico, el jugador quiere meditarlo todo muy bien y poner todos los elementos encima de la mesa. Uno de ellos, por cierto, es el de su querida selección, que se vuelve a jugar la vida ante Colombia. Nada mejor que una victoria para acabar con todas las incertidumbres.