palabra de director

Luis Enrique, en modo Pep Guardiola

Luis Enrique, durante la conferencia de prensa

Luis Enrique, durante la conferencia de prensa / sport

ERNEST FOLCH

El tsunami de André Gomes tapó y dejó sin efecto la trascendente rueda de prensa de Luis Enrique de la misma mañana. Porque volvió en su versión genuina, sin ninguna voluntad de caer bien. Su mérito es que no se esfuerza en ser simpático, y quizás esto es lo que provoca que caiga bien a mucha gente, precisamente porque su actitud no tiene nada de impostado: se muestra tal como es, sin importarle lo que pensarán los otros, algo que, independientemente de que guste o no guste, demuestra una fuerte personalidad. En su primera comparecencia de la temporada no fue diferente en las formas, pero sí en el fondo. Porque no se andó precisamente con rodeos y sus comentarios tuvieron un tono claramente reivindicativo. Sin que mediara una pregunta, pidió que se solucionara la renovación de Mascherano rápidamente. Se mostró “sorprendido” (que traducido quiere decir “molesto”) por el traspaso de Alves, y dio a entender que si fuera por él el lateral brasileño evidentemente continuaría siendo jugador del Barça. Horas antes del anuncio del fichaje de Gomes, transmitió su confianza hacia Arda, cortando de raíz cualquier intento de venderlo y fue clarísimo respecto a Tello y a Montoya, de quienes dijo que no cuenta con ellos. Pero sobre todo fue diáfano respecto a su futuro, cuando explicó que no tiene intención de renovar antes de que expire su contrato, es decir, que mantendrá en vilo a todo el barcelonismo el tiempo que haga falta. Luis Enrique aplica la misma filosofía que en su día puso en práctica Guardiola: no renovar hasta el último momento. Es legítimo y tiene todo el derecho a hacerlo: es su libertad, que por supuesto usa como le dé la gana. Habrá que ver si los que criticaban a Pep en su momento ahora castigarán a Lucho con los mismos artículos. Otra cosa es que la posición del club no va a resultar fácil: a partir de un cierto momento, si el entrenador no acepta hablar de su renovación, puede desencadenarse una lógica impaciencia. Pero no solo se pareció a Pep en su mensaje respecto a la renovación: su forma de marcar el territorio y enviar mensajes a la directiva recordó también al mejor Guardiola. Este año sus ruedas de prensa prometen más que nunca.