LA PAÑOLADA

Los Xavis después de Xavi

Los futuros Xavi lo tendrá difícil para emular al de Terrassa

Los futuros Xavi lo tendrá difícil para emular al de Terrassa / sport

Ernest Folch

En el fútbol, cíclicamente, brota una epidemia infecciosa, que consiste en el culto al físico. Es cuando los agoreros nos cuentan que para ganar hacen falta jugadores altos, musculosos, fibrados y por supuesto atléticos. ¿En todo el fútbol? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles barcelonistas ha resisitido al invasor...  El máximo exponente de esta rebeldía ha sido Xavi, un jugador bajito, ni especialmente fuerte, ni especialmente rápido, ni especialmente ágil. Su valor inconmensurable ha sido precisamente el que es invisible: la mente. La trascendencia de Xavi es de tal magnitud que no se puede resumir en ninguna antología de jugadas porque no hay imagen que pueda sintetizar su fútbol.

Xavi no cabe en ningún resumen ni siquiera en ningún palmarés: su fútbol es tan profundo que sólo puede ser contemplado con la perspectiva de muchos años. Porque Xavi, más que un jugador, ha sido una ideología. Se le encargó una misión bíblica, que era continuar en el campo la idea que inventó Cruyff y desarrolló Guardiola, y no solo lo logro sinó que evolucionó y llevó el concepto hasta sus cotas más altas. Xavi se va, y a pesar de que la frase da miedo, forma parte de la biología. Lo que ya no es tan natural es que, más allá del gran fútbol que le queda a Iniesta, el club no sepa todavía quien es su heredero a medio y largo plazo. No solo se cometió el error monumental de dejar marchar a Thiago sino que parece que no hay plan para el relevo. La cuestión se despacha con un sencillo “Xavi es irrepetible” y agarrados a la ola de los últimos buenos resultados incluso se da por sentado que el modelo se va con él. Se olvida ahora que Xavi no fue una seta sino producto de un sistema que lo fue cuidando en cada uno de sus pasos: de niño, en el debut con Van Gaal y en su explosión posterior. Cierto, hay que homenajear a Xavi, pero sobre todo hay que abordar cómo dar continuidad a su gran obra. Hete aquí el mejor premio que le podemos dar: fabricar más Xavis después de Xavi.