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Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar...

Chen Yansheng es el nuevo presidente y accionista mayoritario del Espanyol

Chen Yansheng es el nuevo presidente y accionista mayoritario del Espanyol / EFE

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El fútbol mundial asiste perplejo a un nuevo fenómeno: la irrupción en el mercado de China, que ha pasado de comprar jugadores a quedarse clubs enteros. Da igual que su selección de fútbol ocupe el ridículo puesto 93 del ránking de la FIFA, porque lo que importa es el señor dinero, que llena las arcas de nuevos multimillonarios chinos que literalmente no saben qué hacer con él y que lo invierten en clubes de fútbol como podrían hacerlo en cuadros de Picasso. En Barcelona aterró hace unas semanas un tal Chen Yansheng, que compró el Espanyol a la misma velocidad y con la misma indiferencia que usted y yo cogemos una caja de yogures en el supermercado de la esquina. Pero el destino del futbol, que siempre es caprichoso e inescrutable, le ha reservado a Mr. Chen una sorpresa envenenada: su juguete se ha empezado a romper a los pocos días de la compra. 

CUESTIÓN DE IDENTIDAD. La Real Sociedad de Eusebio le endosó un brutal 0 a 5, que se suma a un encadenamiento de debacles. Lo curioso es que se han generado multitud de debates deportivos sobre la conveniencia o no de Galca, cuando en realidad el problema del Espanyol es otro, y tiene que ver con su propia identidad, en estos momentos a la deriva y en paradero desconocido. Porque lo escalofriante del club blanquiazul no son sus derrotas sino que en el club nadie diga nada, nadie sepa nada, y nadie ni siquiera sepa si alguien va a decir nada. Es decir, que al Espanyol le han resuelto sus deudas, pero lo han dejado sin alma y sin respuesta ante las eventualidades del fútbol, es decir, de la vida. La inquietante deriva institucional del club blanquiazul vuelve a demostrar que el dinero puede ser la solución momentánea pero también la tumba definitiva. Porque los euros, o los yuanes, por mucho que se cuenten a millones, no construyen por si mismos ningún proyecto. Barça, atento: cuando veas las barbas blanquiazules de tu vecino afeitar, pon las tuyas (blaugranas) a remojar. Lecciones gratis que nos da el vecino.