palabra de director

Sí a la crítica, no a matar al mensajero

Jordi Alba 'rajó' de la prensa

Jordi Alba 'rajó' de la prensa / sport

Ernest Folch

Un desafiante Jordi Alba no tuvo reparos ayer en decir a los periodistas lo que pensaba: “El mal rollo lo creáis vosotros”. Alba es el último jugador en sumarse a la tendencia de encararse a la prensa y desafiarla abiertamente. Piqué empezó la moda, primero con los Periscopes para demostrar que él puede ser por sí solo un medio de comunicación, y más tarde con sus célebres tuits denunciando críticas o sencillamente contestando con razón a noticias sesgadas y demagógicas. Algunos periodistas viven este cambio de escenario como una ofensa, pero lo cierto es que los fiscalizadores debemos aceptar ser también fiscalizados, y en un país libre nada hay más sano que la libertad de la réplica. Alba juega grandes, normales y pésimos partidos, de la misma manera que los periodistas elaboramos informaciones excelentes, pasables o infames.

Ayer Piqué retuiteó una dura parodia del periodismo deportivo que elevó a categoría de noticia (inventada, por supuesto) de su pretendida y falsa peineta, que solo sucedió en la mente de algunos. El vídeo que colgó Piqué parodia una redacción cutre que busca agarrarse a cualquier clavo ardiendo para cerrar su periódico y la comedia sirve para ilustrar que a veces el periodismo deportivo es capaz de fabricar noticias cuando no las encuentra. No es un vídeo precisamente amable, pero cumple su función y alerta sobre las malas prácticas del periodismo que nunca deberíamos seguir, al menos conscientemente. Pero de la misma forma que la crítica enriquece, el peligro de la parodia es que reduce: se olvida, por ejemplo, que la inmensa mayoría de medios no dimos ninguna credibilidad a la supuesta peineta, difundida como es costumbre a demasiada velocidad por las redes sociales. Es decir, que a veces el problema no es el periodismo, sino Twitter. Sucede lo mismo con las palabras de Alba, que ayer parecía no darse cuenta de que el incendio en la selección no lo creó ningún medio, sino su amigo Pedro, cuando expresó que no le interesaba seguir en la selección en las actuales condiciones de suplencia. En este caso, la prensa no hizo nada más que hacer de notario. ¿O es que sugiere que se deberían haber silenciado sus palabras? Los jugadores no solo tienen derecho a criticarnos, sino que además, como ellos, necesitamos que se nos digan las verdades a la cara, aunque duelan. Pero ojo con disparar descontroladamente, porque se termina matando al mensajero.